Es bien difícil generalizar si el que sigue un camino espiritual necesita un gurú o no. La única manera de saberlo es mirar dentro del propio corazón y ver si uno puede manejárselas para progresar sin que su ego o su autoengaño se le atraviese en el camino.

La religión y la devoción son útiles, son otro aspecto de la meditación. Si tú crees y tienes fe y devoción, harás progresos. No es el único camino, pero es una herramienta muy importante.

La filosofía está relacionada, primero que todo, con los pensamientos y conceptos. Estos se van refinando
y entonces toman una dirección, la cual llega a un punto que se transforma en una regla, la que a su vez da origen a un sistema. Este sistema va creciendo cada vez más y, gradualmente, se desarrolla una consciencia ética: bien y mal, positivo y negativo, virtud, pecado, buen o mal karma, etc. Paulatinamente,
a medida que se va transformando en un modelo, la filosofía llega a ser restringida y sofocada por muchos complejos detalles.

Mientras más preguntas hacemos, más preguntas aparecen. Finalmente, llegamos a la conclusión de que
no necesitamos preguntar porque no hay respuestas definitivas. Pero si no empezamos preguntando, no llegaríamos a esta realización. En un sentido, nuestro conocimiento común no es inútil porque nos ayuda
a comprender que no hay fin para las preguntas. Es como frotar dos piezas de madera una con la otra. Se calientan y al final se encienden y consumen. El conocimiento intelectual es parecido a eso. La única manera de encontrar respuestas es darse cuenta finalmente que no hay respuestas. El responder origina
un mayor interrogatorio, y el preguntar sirve para repetir el ciclo. Las preguntas y respuestas no llevan a ninguna parte. Ellas se retroalimentan.

Tenemos pensamientos, y el expresarlos puede ayudar. Cuando hacemos preguntas, vemos donde estamos. Preguntar es una manera de saber, otra manera es a través de la experiencia. Cuando ambas ocurren al mismo tiempo, esto es muy bueno; pero, a veces, no podemos captar la diferencia. Eventualmente, todo llega a ser uno y no hay diferencia.