Intensas Experiencias de Identidad.
Cuando buscamos definiciones de la identidad, debemos recordar que estas definiciones y conceptos no están en algún oculto lugar, esperando pacientemente a que las encontremos. Sólo parcialmente las descubrimos y también las creamos. En parte la identidad es según como la definimos. Previamente, deberíamos aproximarnos en forma sensible y receptiva a los diversos significados que la palabra ya posee. Así encontramos que los distintos autores la usan para diferentes tipos de hechos y de funciones. Y entonces tendríamos que conocer algo de estas funciones para entender lo que el autor quiere decir cuando habla de identidad. Significa algo diferente para diversos terapeutas como sociólogos, psicólogos, psicopedagogos, etc., aun cuando para todos ellos haya también alguna similitud o coincidencia de significado.
En las experiencias-cumbre la identidad tiene diversos significados reales, sensibles y útiles. No pretendemos que ellos sean los únicos verdaderos; sólo que aquí los mostramos desde otro ángulo. Durante las experiencias-cumbre las personas son más que nada su identidad, están más cerca de su verdadero ser, son más auténticas. Gracias a eso parecería que esta experiencia es como una fuente especialmente importante de limpieza y de descontaminación psicológica. Las interpretaciones están reducidas al mínimo, y la vivencia incrementada al máximo.
Durante las experiencias-cumbre la persona se siente más integrada (unificada, total, de una sola pieza) que en otras ocasiones. También se ve más integrada en varias formas, por ejemplo, menos dividida o disociada, menos combativa contra sí misma, más en paz consigo misma, menos separada entre la vivencia de sí y la observación de sí, más concentrada, más armoniosamente organizada, más eficientemente conectada con todas sus partes funcionando suavemente las unas con las otras, más sinérgica, con menos fricción interna, etc.
Al lograr ser más simplemente él mismo, se vuelve más capaz de fusionarse con el mundo – el que anteriormente era un no-yo – como cuando los amantes intiman hasta formar una unidad en vez de ser dos personas. El monismo Yo-Tú se hace más posible, el creador llega a ser uno con su creación, la madre se siente una con su hijo, el entendido en arte se transforma en la música (y ésta en él) o en la pintura, o en la danza, el astrónomo está allá afuera con las estrellas, más que ser un ente separado escudriñando a través del abismo a otro ente separado a través del lente de un telescopio. Así, el, mayor logro de identidad, autonomía o egoidad es simultáneamente la trascendencia de sí mismo, un ir más allá y por sobre la egoidad. Entonces la persona puede volverse relativamente altruísta.