Otra manera de expresar lo mismo es que desarrollar cualquier actividad física resulta muy preferible a permanecer inactivo. Según el estudio de Blair, la tasa de mortalidad de los sedentarios de ambos sexos era el doble de las personas que caminaban todos los días. Caminar quema entre 290 y 430 calorias por hora, según la velocidad con que se camine. Esto equivale a un promedio de 180 calorías en los treinta minutos necesarios para mantenerse sanos. Se puede quemar aproximadamente la misma cantidad de calorías con:
30 minutos de danza
20 minutos de tenis
17 minutos de caminata cuesta arriba
15 minutos de natación
Si quisieras gastar estas calorías en tareas domésticas, los tiempos resultarían ser:
40 minutos de limpieza doméstica
30 minutos de deshierbar el jardín
25 minutos de cortar el cesped
No estoy sugiriendo que cuentes calorías cuando te ejercitas, te ofrezco estas cifras para señalarte la facilidad con que puedes conservar tu salud sin sentirte culpable por no trotar siete kilómetros todas las mañanas o no asistir a un gimnasio. Cada vez que subes las escaleras en vez de tomar el ascensor, tu cuerpo usa sólo 4,5 calorías por cada peldaño, pero esta baja cifra es engañosa. Subir las escaleras es un excelente ejercicio aeróbico que acelera el ritmo cardíaco en diez latidos por cada peldaño subido.
Un estudio hecho en Finlandia demostró que quienes subían al menos veinticinco peldaños de escalera por día lograban un notable estado físico. Subir todo eso de una vez es demasiado (el corazón sufriría una sobrecarga peligrosa), pero quien vive en una casa de dos pisos puede fácilmente subir las escaleras varias veces al día. Agreguemos la oportunidad de hacerlo en el trabajo o al hacer las compras (ver una escala mecánica o un ascensor significa que las escaleras están cerca) y el total de veinticinco peldaños por día se logra con sorprendente facilidad. Sólo es cuestión de estar alerta a las oportunidades.
Los ejercicios aeróbicos regulares te harán más sano, pero no necesariamente darán ricos dividendos en cuanto a agregar años de vida. En realidad, ciertos estudios detallados en los que hicieron seguimiento a unos graduados de Harvard a lo largo de tres décadas demostraron que el ejercicio intensivo (el que consume dos mil calorías por semana o el equivalente de correr treinta kilómetros) alargaba la vida en uno o dos años. El cardíologo Dean Ornish ha calculado que se requieren treinta minutos de carrera, seis días a la semana, para quemar dos mil calorías. A este tiempo debes agregar media hora para cambiarte ropa e ir a la pista, y otra media hora para volver a la casa, ducharte y volver a cambiarte de ropa. Si alguien empieza a correr a los 30 años, a los 75, las horas dedicadas al ejercicio sumarán entre uno o dos años. Como esto equivale a la vida adicional que se podría obtener, el dividendo neto es cero. El ejercicio intenso brinda sólo la ilusión de prolongar la vida. Esto no significa que no debas ejercitarte a fondo, pero si lo haces, debes saber que no vas a obtener màs tiempo sino una mejor calidad de vida. Lo cual no deja de ser una gran ventaja.