KABIR2Kabir es uno de los más importantes poetas místicos de todos los tiempos. Nacido en Benarés, India, en el s. XV, se cree que tuvo por maestro al sabio Ramananda. Además de poeta fue músico y artesano; formó una familia, y muchos lo tienen por santo. Se apartaba del ascetismo y desconfiaba del culto y del dogma, proclamando que lo Divino está en todas partes y es accesible a todos los buscadores sinceros. Lo que nos llega hasta nuestros días son sus poemas, escritos desde, y dirigidos hacia el corazón de todos, y que hablan de la esencia de cualquier religión.

I
¿Dónde me buscas, oh, servidor mío?
¡Mírame! Estoy junto a ti.
No estoy en el templo ni en la mezquita,
ni en el santuario de La Meca,
ni en la morada de las divinidades hindúes.
No estoy en los ritos y las ceremonias,
ni en el ascetismo y sus renunciaciones.
Si me buscas de veras me verás enseguida,
y llegará el momento en que me encuentres.

Kabir dice:
Dios, ¡oh Santo!, es el aliento de todo lo que respira.

II
Inútil preguntar a un santo
cuál es la casta a que pertenece,
puesto que los sacerdotes, guerreros,
los mercaderes y las treinta y seis castas de la India,
todos aspiran igualmente a Dios.
Hasta resulta una locura preguntar
cuál puede ser la casta de un santo;
barberos, lavanderas, carpinteros,
todos buscan a Dios.
El propio Raidas era un buscador de Dios.
El Rishi Swapacha pertenecía a la casta de los curtidores.
Hindúes y musulmanes,
también ellos alcanzaron el límite
donde se borran todas las marcas diferenciales.

III
¡Oh, amigo! Espera en Él durante tu vida,
conoce durante tu vida, comprende durante tu vida,
pues en la vida está tu liberación.
Si no desatas tus ligaduras durante la vida,
¿qué esperanza de liberación tendrás en la muerte?
Creer que el alma se unirá a Él
sólo porque haya abandonado el cuerpo,
es una idea absurda.
Si lo hallamos ahora, lo hallaremos luego.
De lo contrario,
permaneceremos en la ciudad de la muerte.
Si te unes a Él en el presente, lo estarás en la Eternidad.
Báñate en la Verdad; conoce al Maestro Verdadero;
ten fe en su Nombre.