Kabir dice:
Sólo despierta aquella cuyo corazón
está traspasado por las flechas de su palabra.

XXXVI
Cuando el sol brilla, ¿dónde está la noche?
Y es de noche cuando el sol ha retirado su luz.
Donde hay conocimiento, ¿puede persistir la ignorancia?
Y si hay ignorancia, el conocimiento debe perecer.
Si hay lujuria, ¿cómo puede haber amor?
Donde está el amor no existe la lujuria.
Empuña la espada y corre a la batalla.
Combate, ¡oh hermano!, mientras dure tu vida.
Corta la cabeza de tu enemigo,
para darle así una muerte rápida.
Vuélvete luego,
para inclinar la frente ante el triunfo de tu Rey.
El hombre valiente no abandona jamás el combate;
el que huye no es un verdadero combatiente.
En el coto cerrado de nuestro cuerpo
se libra una gran guerra contra las pasiones,
la cólera, el orgullo, y la envidia.
Donde más arrecia la batalla es en el Reino de la Verdad,
del contentamiento y de la pureza,
y la espada más activa es la tizona que lleva su nombre.

Kabir dice:
Cuando un valeroso caballero entra en lucha,
la multitud de los cobardes se pone en fuga.
Denodado y áspero combate el que libra
aquel que busca la Verdad.
Su voto es más difícil de cumplir que el del guerrero
o el de la viuda que quiere reunirse con su esposo.
Pues el guerrero combate durante unas horas,
y la lucha de la vida con la muerte concluye muy pronto.
Pero la batalla de aquel que busca la Verdad
prosigue día y noche,
y no cesa mientras dura su vida.

XXXVII
La cerradura del error cierra la cancela:
ábrela con la llave del amor.
Al abrir la puerta, despertarás al Bienamado.

Kabir dice:
No pases, ¡oh hermano!,
sin aprovechar tan buena ventura.

XXXVIII
El cuerpo, ¡oh amigo!, es Su lira.
Tiende las cuerdas y hace sonar la melodía de Brahma.
Si las clavijas se aflojan o las cuerdas se rompen,
entonces, instrumento de polvo,
vuelve el cuerpo al polvo.

Kabir dice:
Sólo Brahma y ningún otro
puede crear semejantes melodías.

XXXIX
Amo muy de veras
a quien puede devolver su hogar al viajero extraviado.
En el hogar está la verdadera unión,
en el hogar está la dicha de la vida.
¿Por qué abandonar mi hogar,
para andar errante por el bosque?
Si Brahma me hace alcanzar la verdad,
hallaré en el hogar la servidumbre
y la libertad a un tiempo.
Amo a quien tiene el poder
de hundirse profundamente en el seno de Brahma,
a quien posee la facultad de sumirse en contemplación.
Amo a quien conoce a Brahma
y puede quedarse en meditación
sobre su suprema Verdad.
Amo a quien puede ejecutar la melodía del infinito,
uniendo en su vida el amor y el sacrificio.