Al estudiar los textos gnósticos se puede ver que se trata menos de un conocimiento , que de una revelación secreta y misteriosa… “la gnosis es una experiencia interior destinada a convertirse en estado inamisible (del latín inamissibilis: que no puede perderse), a través del cual, en el curso de una iluminación que es regeneración y divinización, el hombre se encuentra en su verdad, vuelve a recordar y adquiere otra vez consciencia de sí mismo, o sea que conoce simultáneamente su naturaleza y origen auténticos. A través de esta experiencia se conoce o se reconoce en Dios, conoce a Dios, aparece ante sí mismo como emanado de Dios y ajeno al mundo, adquiriendo así, con la posesión de su yo y de su verdadera condición, la explicación de su destino y la certidumbre definitiva de su salvación, al descubrirse merecidamente salvado para toda la eternidad”.

Un conocimiento tal, una revelación semejante convierten a quien lo posee en un ser prestigioso, pues un hombre es un ser viviente divino, que no debe ser comparado con los demás seres vivientes, sino con los que habitan allá arriba, en el cielo, y que se llaman dioses,

La gnosis – simbolizada por el fuego – arranca el alma del elegido del espeso sueño en que se hallaba sumida. Una vez que ha sido alcanzada constituye un conocimiento total, inmediato, que el individuo posee enteramente o del que carece en absoluto, que abarca al Hombre, al Cosmos y a la Divinidad. Para los gnósticos es ese conocimiento lo que salva al individuo.

Camino al Conocimiento.

Según los gnósticos, Jesús vino al mundo a señalar la senda para encontrar el camino del conocimiento. Más que ofrecer una serie de respuestas, lo que él buscaba era ser un estímulo para iniciar una búsqueda: Buscad e inquirid sobre los caminos que debiérais seguir, pues no hay nada tan bueno como esto (Enseñanza Autorizada; Texto de Nag Hammadi,34,20-23).

Los cristianos ortodoxos rechazaban la idea gnóstica que el conocimiento de Dios pudiera lograrse conociéndose a sí mismo . Ellos postulaban el conocimiento de Dios sólo a través de Cristo: Le dice Tomás: Señor, no sabemos a donde vas, cómo podemos saber el camino?. Responde Jesús: Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Este texto de Juan (Juan, 145-6) es contado levemente distinto por los evangelios gnósticos, El Diálogo del Salvador, por ejemplo, cuenta que cuando los discípulos hicieron esa pregunta a Jesús, éste respondió: el lugar a que podéis llegar, colocaos allí!. El Evangelio de Tomás relata que Jesús se habría limitado a decir: Hay luz dentro de un hombre de luz e ilumina al hombre entero. Si no brilla es oscuridad. Ambos dichos lo que hacen claramente es dirigir al hombre hacia sí mismo, hacia la luz de adentro.