Distinta es la actitud frente a la vida y a las cosas cuando la revelación interna hiere como el rayo.
Siguiendo los pasos lentamente, meditando lo dicho y lo por decir aún, puedes convertir el sin-sentido en sentido. No es indiferente lo que hagas con tu vida. Tu vida, sometida a leyes, está expuesta ante posibilidades a escoger. Yo no te hablo de libertad. Te hablo de liberación, de movimiento, de proceso. No te hablo de libertad como algo quieto, sino de liberarse paso a paso como se va liberando del necesario camino recorrido el que se acerca a su ciudad. Entonces, lo que se debe hacer no depende de una moral lejana, incomprensible y convencional, sino de leyes: leyes de vida, de luz, de evolución.
He aquí los llamados Principios que te pueden ayudar en la búsqueda de la unidad interior.
1.- Ir contra la evolución de las cosas es ir contra uno mismo.
2.- Cuando fuerzas algo hacia un fin produces lo contrario.
3.- No te opongas a una gran fuerza. Retrocede hasta que aquella se debilite, entonces avanza con resolución.
4.- Las cosas están bien cuando marchan en conjunto, no aisladamente.
5.- Si para tí están bien el día y la noche, el verano y el invierno, has superado las contradicciones.
6.- Si persigues el placer te encadenas al sufrimiento. Pero, en tanto no perjudiques tu salud, goza sin inhibición cuando la oportunidad se presente.
7.- Si persigues un fin, te encadenas. Si todo lo que haces lo realizas como si fuera un fin en sí mismo, te liberas.
8.- Harás desaparecer tus conflictos cuando los entiendas en su última raíz, no cuando quieras resolverlos.
9.- Cuando perjudicas a los demás quedas encadenado. Pero si no perjudicas a otros puedes hacer cuanto quieras con libertad.
10.- Cuando tratas a los demás como quieres que te traten, te liberas.
11.- No importa en qué bando te hayan puesto los acontecimientos, lo que importa es que comprendas que tú no has elegido ningún bando.
12.- Los actos contradictorios o unitivos se acumulan en ti. Si repites tus actos de unidad interna ya nada podrá detenerte.