La comprensión del significado de los sueños se ha intentado de diversas maneras. El enfoque Junguiano-Seno ha tratado de unir los materiales provenientes de distintas fuentes con el objeto de crear una metodología globalizadora. El eje del proceso es el sueño mismo, rodeado de todo aquello que nos ayude a revivirlo. Entre estas técnicas están la objetivación del sueño, la detección de sus interrogantes, símbolos o conflictos clave, las relaciones entre ellos, los sentimientos o emociones que generan en el ego, el seguimiento del o los egos del sueño, el diálogo con los personajes soñados, la reentrada en el sueño y su vívida reexperimentación, la inmersión en alguno de los símbolos para extraer su significado, la expresión del sueño por medio del dibujo u otras formas artísticas, etc.

Para que el trabajo sea sistemático y sostenido se recomienda llevar un diario para la escritura y/o dibujo de los sueños, descripción de símbolos, variantes, transformación de las pesadillas y todos aquellos aspectos del trabajo que se elija desarrollar. Al actualizar un símbolo onírico estamos activando una función en nosotros. Puesto que el lenguaje primordial del inconsciente es la combinación de la imagen con el sentimiento y la emoción, al actualizarlo nutrimos conscientemente con energía esa parte del inconsciente de donde emanó el símbolo. Se recicla así la energía extraída del inconsciente, lo que posibilita darle una nueva orientación.

La memoria es un componente clave de la consciencia. Sabemos que la causa del olvido no es la falta de capacidad mental para recordar, sino la activación de la parte defensiva que hay en nosotros, que nos impide reexperimentar aquello que en algún nivel hemos decidido que es negativo. El bloqueo es consecutivo a actitudes como éstas: “no quiero reconocer lo que me dice el inconsciente porque podría ser doloroso y requerir algún cambio”, o “este material extraño, colérico o sexual en realidad no me pertenece”, o “debo mantener el control de mi vida a toda costa, etc… Es sabio tener presente esta premisa: “si he olvidado algo es que algo en mí ha querido olvidarlo”. La mejor manera de recordar los sueños es querer recuperar esas imágenes, tener la intención de recordar, y mejor aún, escribir los sueños al día siguiente o cuando despertemos en medio de la noche.