Este es el pesar de mi corazón,

Porque uno podría sacar agua de él.

La peligrosa cavidad llena de agua o el abismo aludían al I Ching, e igual lo hace el Pozo, pero éste tiene un sentido positivo: contiene las aguas de la vida. Debe ser restituido a su uso. Sin embargo, uno no tiene un concepto (Begriff) sobre él, ni utensilio alguno para extraer el agua; el cántaro está roto y pierde. El Caldero necesita nuevas asas y argollas para que se lo pueda asir, y así también el Pozo debe volver a revocarse porque contiene “un manantial claro y fresco del que se puede beber.” Se puede sacar agua de él porque es “digno de confianza.”

Está claro que en este pronóstico el sujeto que habla es nuevamente el I Ching, que se representa a sí mismo como un manantial de agua viviente. El hexagrama anterior describía en detalle el peligro que amenaza a la persona que accidentalmente cae dentro del foso en el abismo. Debe empeñarse en encontrar la forma de salir, para descubrir entonces que se trata de un viejo pozo en ruinas, enterrado en el lodo, pero que puede ser restituido a su uso.

Sometí dos preguntas al método de azar representado por el oráculo de las monedas; la segunda de ellas, después de haber escrito mi análisis de la respuesta a la primera. La primera pregunta estuvo dirigida, por así decir, al I Ching: ¿qué tenía que decir sobre mi propia acción, es decir sobre la situación en la que yo era la persona actuante, la primera descrita por el primer hexagrama que obtuve? A la primera pregunta el I Ching respondió comparándose con un caldero, una vasija ritual que requiere una renovación, que sólo contaba con una dudosa atención por parte del público. La respuesta a la segunda pregunta fue que yo había caído en una situación difícil, ya que el I Ching representaba un foso profundo y peligroso lleno de agua, en el que uno podía fácilmente atascarse en el fango. Sin embargo, resultó que el foso era un viejo pozo que sólo requería ser renovado para que se lo pudiera usar nuevamente con fines útiles.