La psicología moderna nos recuerda que para ser verdaderamente íntimos no debemos apegarnos a la gente. Debemos dejarlos ser, dándoles la libertad de ser ellos mismos, de vivir sus propias vidas, de tomar sus propias decisiones, de escoger sus propias creencias, de seguir al espíritu dentro de ellos. El hecho es que la mayoría de nosotros no podemos hacer esto. Nos colgamos de quienes amamos, tratando de hacer de ellos lo que nosotros queremos que sean y de amoldarlos de acuerdo a nuestros planes. Esto destruye
la unión e intimidad.

Sería relativamente fácil el abandonar nuestras fijaciones de apego si estuvieran en la mente consciente. Pero generalmente no lo están. Ellas están vagando en esas profundidades nubladas y subliminales que están fuera de nuestro control y aun más allá de la frontera de la consciencia. A veces sólo podemos adivinar su existencia por la inexplicable angustia que cruza la mente en ciertas relaciones. A menudo dichas relaciones son en parte proyecciones: ya que estamos sobreponiendo la imagen de nuestro padre o madre sobre otros, o apegándonos a ellos como un niño se apega a sus padres. 0 una madre proyectará en su hijo sus frustraciones inconscientes, obligándolo a vivir la vida que ella quiso vivir, pero no pudo. Está
de más decir que no se da cuenta de esto; ante sus ojos ella es la madre amorosa. Pero no puede ser íntima con este niño porque se quiere a sí misma en él.

Sólo se puede conseguir profundidad cuando llegamos más allá de las proyecciones, al centro de la personalidad del otro, es decir, cuando una persona conoce otra persona. Y esto, a su vez, se puede hacer únicamente cuando estoy desapegado de mis ilusiones subliminales, deseos egocéntricos, frustraciones inconscientes, proyecciones infantiles, y todo lo demás. En otras palabras, la primera condición para la intimidad es la purificación de la mente consciente e inconsciente.

En términos del análisis transaccional, la intimidad sólo se puede conseguir cuando una relación es purificada de influencias excesivas de Padres y Niños.