Obviamente, esto no pretende ser una crítica a la investigación científica del área de la meditación. Todo lo que quiero decir es que la ciencia necesita el complemento de la religión si es que va a ser verdaderamente humana en este campo.
Para entender vivir-en, como contrario a la unión, facilita, una vez más, recordar el principio de Teilhard que la unión en lo personal hace la diferencia. Cuando la gente se encuentra al nivel de amor personal logrado a través del desapego radical, ellos no se unen; ni tampoco son absorbidos por el otro, ni tampoco pierden su identidad . Al contrario, es precisamente en su unión con el otro que encuentran su propio ser. Hay simultáneamente una total unidad y una total independencia.
La paradoja llega aquí a su clímax. Pero creo que oculto en ella tenemos la noción de la persona, – tan central en cualquier doctrina de intimidad – de la inviolabilidad y singularidad de la persona humana, unidos en la noción de la total unión. Nunca puede, el hombre o la mujer que han sido llamados por su nombre, perderse en la masa amorfa de la nada unificada. Al contrario, cuanto más grande la unión, más independiente y libre se convierte la persona. El impulso hacia la unión que caracteriza todo amor resulta
no en unificación, no en absorción, sino en una presencia iluminada de persona a persona.
Esta intimidad, sin embargo, se compra a un precio alto. El desapego es un proceso muy doloroso en el cual las cavernas profundas de la psiquis son purificadas de celos, odio, posesividad, ira y egoísmo. Sin esta purificación, marido y mujer, padre e hijo, amigo y amigo nunca pueden ser íntimos. Pero – y esto es la doctrina preciosa de los místicos Cristianos – es el amor quien purifica y desapega. El proceso es como el del hombre que vendió todo con felicidad por el amor del tesoro escondido en el campo (Mateo 13:44). En nuestro caso el tesoro es el centro de la otra persona, el misterio de su personalidad. Es esto lo que nosotros amamos; y nuestra búsqueda de este tesoro demanda la renunciación de dioses más pequeños.