Antes de irte a dormir empieza a contar lentamente una serie de números simples hacia delante y atrás: 2, 4, 6, 8, 10 – 10, 8, 6, 4, 2. Continúa esta repetición en forma rítmica. Habiendo obtenido este ritmo, déjalo que se siga repitiendo casi automáticamente mientras que, en forma deliberada, procura visualizar cómo aparecías al levantarte esa mañana.
Despertaste, saliste de la cama, fuiste al baño, te vestiste, tomaste tu desayuno, leíste el periódico (si tienes costumbre de hacerlo), te subiste a un bus, o al auto, etc. Trata de seguir esta secuencia en forma visual de momento a momento, exactamente como si estuvieras proyectando un video. Al principio encontrarás este ejercicio muy difícil por tres razones. La necesidad de contar continuamente te parecerá un estorbo al comienzo. No obstante, continúa: porque el contar ocupa el cerebro pensante y así la memoria visual puede trabajar con más facilidad. Recuerda que uno de nuestros objetivos es precisamente no pensar sobre lo que estamos representándonos. El pensar no sólo impediría la representación visual sino que además muy sutilmente, pero con toda seguridad, falsearía las imágenes. Por numerosas razones, el cerebro pensante debe estar ocupado para no interferir en la proyección y no existe otro medio más simple que contar.
La segunda dificultad es la constante interrupción debida a fallas de la memoria. Empiezas muy bien, pero apenas has visualizado unos cinco minutos de tu día cuando no puedes recordar qué hiciste después. Al tratar de recordar, casi con seguridad dejas de contar. Tan pronto como has parchado el video y lo has continuado, se interrumpe otra vez. No te desalientes. A todos, sin excepción, les pasa lo mismo. No es prueba de debilidad mental fallar en los primeros intentos de un ejercicio como este. El hecho es que se trata de algo tan nuevo en su esencia que aún un genio intelectual tropezaría al hacerlo por primera vez. Se puede decir que este ejercicio es posible para todos por igual, no depende del tipo de personas. Por lo tanto, hay que practicarlo hasta que el video del día se proyecte por sí solo sin un esfuerzo consciente.