El último paso puede ser fácil si el anterior ha sido logrado realmente y no sólo en la imaginación. Consiste en expresar lo opuesto o, por lo menos, algo diferente a lo que estás sintiendo en el momento. El penúltimo paso, como ya hemos visto, es la no expresión de una emoción común. El actual y último paso es la expresión positiva , pero de una emoción diferente u opuesta a la recientemente experimentada. Esto también debe ser practicado frente al espejo antes de probarlo en la vida. Te sientes sin suerte, desdichado y en el límite de lo que puedes soportar. Todo y todos son aborrecibles. Te preguntas por qué has nacido. Estás harto de la vida. Parado frente al espejo, haz que tu cuerpo exprese lo opuesto a esa melancólica mezcla de pensamientos, sentimientos y sensaciones. Hazte aparecer radiante, cariñoso y lleno de alegría de vivir; simula la expresión física de emociones que no estás sintiendo; pretende, con tus posturas, gestos, expresión facial y conducta, que estás sintiendo realmente lo que aparentas. Simula tan hábilmente que tu conducta engañe al propio Diablo, es decir, a tu propio mal ánimo, Naturalmente, esto es mucho más difícil hacerlo en la vida.
Ante la gente y en circunstancias problemáticas, esta conducta es como el empleo de técnicas de ju-jitsu fuera del gimnasio. Sin embargo, la vida debe ser nuestro objetivo y las circunstancias reales, la prueba de nuestra eficiencia.
Traducido y extractado por Carmen Bustos de:
“Psychological Exercises & Essays”
Samuel Weiser Inc.