
que donde hay odio ponga yo amor,
donde hay ofensa ponga yo perdón,
donde hay discordia ponga yo unión.
Oh, Maestro, que no me empeñe tanto
en ser consolado, sino en consolar,
en ser comprendido, sino en comprender,
en ser amado, sino en amar.
Porque dando siempre se recibe,
perdonando se alcanza el perdón
San Francisco