El griego inventó la idea de némesis, para mostrar que el ritmo mantenido con obstinación, se transforma gradualmente en un vicio destructivo. Nuestro éxito nuestra industria, nuestros hábitos de trabajo, han producido la némesis económica actual. La vida en el universo y, por consiguiente, en cada uno de nosotros y en nuestro entorno, es un cambio permanente. Sin embargo, resulta muy difícil cambiar lo que uno desea y necesita, porque es muy fácil negarse a asumir la responsabilidad del propio crecimiento. El trabajo engrandeció al hombre moderno, pero ahora amenaza con usurpar su alma, con inundar la tierra con basura, con destruir nuestra capacidad de amar y de asombrarnos.

Consecuencias.-Nos referimos a las consecuencias que el trabajo produce. Es necesario tratar
de medir las consecuencias inmediatas y futuras de nuestros actos, a veces son algo imprevistas y puede suceder que un acto bien intencionado, se transforme en negativo. Si las consecuencias son nefastas e incluyen responsabilidad moral, deberá poderse cambiar el comportamiento.

La capacidad de un empleado para ver las consecuencias de sus actos depende de:
a) apertura de la institución en que trabaja
b) disponibilidad de informes relacionados con las decisiones de la gerencia.
c) el grado de descentralización de la gerencia.
d) el grado de cercanía de la institución respecto de los clientes, comunidad y proveedores.

Dificulta ver las consecuencias:
a) cuando hay falta de información.
b) la jerarquía de dirección piramidal. Por ejemplo, las fuerzas armadas.
c) aislamiento respecto de otros trabajadores relacionados con el uso final de la institución, del producto
o del servicio.
d) la vulnerabilidad. Es la dimensión que mide la libertad de ejercer la propia elección moral en cualquier circunstancia institucional. Lo óptimo es que se puedan hacer objeciones, sin perder trabajo y dignidad.

Es más conveniente adaptarse a las exigencias que nos da el trabajo y así aprender a participar en el flujo vital. Es necesario aprender a usar la energía del cambio, para orientar la vida hacia una perspectiva de crecimiento. Cuando extendemos nuestras capacidades positivas, los viejos patrones de conducta quedan atrás y las dificultades del ahora las resolvemos rápido y bien con la nueva energía que tenemos; porque negarse al cambio, agota, frustra y es un desperdicio importante de energía. Estar en calma y quietud al enfrentar el día, nos capacita para reaccionar adecuadamente ante una situación difícil.