Se recomienda usar creatividad para mejorar el sistema de trabajo e introducir conceptos de técnicas de atención que puedan ayudar a los otros a trabajar en forma más eficiente y menos agotadora.

Un trabajo debe ser elegido cuando tenga significado, cuando no transforme en una máquina a quien lo ejerza. Debe permitirle no sólo aprender, sino también desarrollar su espíritu. Si no es así, puede ser que, para lograr otro, se necesite de cambios que obliguen a alejarse de la seguridad, prestigio o abundancia, hacia una relación positiva y recta con una tarea coherente con el papel de servidor.

Un trabajo hecho sin apego y al servicio de los demás, puede transformarse en una herramienta que nutra
y enriquezca la vida. Es un principio aplicado en muchas tradiciones religiosas

Un trabajo satisfactorio es aquel que:
1.- Sirve a otros.
2.- Enriquece a la persona mediante el constante aprendizaje.
3.- Hace ambas cosas con el menor daño a terceros.
4.- Da la oportunidad de dominar el egocentrismo innato, a través de la unión con otros en una tarea común.
5,- Produce bienes y servicios necesarios para llevar una vida decente.
6.- Alerta a despertar la consciencia.

Insistimos en que el trabajo que se realice debe tener significado y ayudar al desarrollo personal. La civilización moderna sólo trata de evitar los accidentes del trabajo, cuida sólo el cuerpo. Un buen trabajo debería cimentarse en los intereses fundamentales del ser humano, a través de una educación apoyada en la sabiduría tradicional y no continuar con la promovida por la metafísica materialista que también está aniquilando la Tierra.

En occidente, significa contar con un trabajo moralmente correcto y personalmente satisfactorio, que ayude a – o sea respaldado por la comunidad, que honre el espíritu de la maestría, que solvente una vida decente y que se realice con atención.

Control del ritmo.- Manejamos el tiempo de acuerdo a la moral y ética de nuestra vida. Se considera que una vida agitada no tiene consideración con las verdaderas necesidades humanas. La aceleración del ritmo en el trabajo, altera la concentración y no permite liberar el reloj interior.