Qué visiones del mundo traerá consigo el arte del mañana? Es evidente que algunos aspectos del paisaje del futuro serán completamente nuevos y originales. Según Whitehead, el rasgo distintivo del universo es el avance creativo hacia la novedad. Pero también sabemos, por el amplio cuerpo de las investigaciones psicológicas y sociológicas de que disponemos, que la naturaleza no parte de la nada sino que reelabora lo que tiene a mano y le añade el toque final de la novedad y que ciertos rasgos principales de la docena aproximada de visiones del mundo más importantes que anteriormente hemos resumido, son potencialidades de las que ya dispone el organismo humano.
Ya hemos señalado algunas de las visiones del mundo que han ido sucediéndose a lo largo de la historia en la medida en que iban agotándose: la arcaica, la mágica, la mítica, la mental racional (moderna) y la aperspectivista-existencial (postmoderna). Es evidente también que la visión postmoderna seguirá ejerciendo su influencia durante varias décadas en el camino que la lleva a su lugar de reposo. Por el momento, sin embargo, el grisú de la postmodernidad está acabando con la obra de arte. A diferencia de lo que ocurre con la mentalidad colectiva, el mundo del arte está buscando la puerta que le permita salir del cul de sac en que lo ha metido la visión postmoderna. De qué otros horizontes disponemos hoy en día?
De momento, ya hemos señalado tres visiones que los fenomenólogos de las visiones del mundo (es decir, las personas que se ocupan de la investigación y descripción de las visiones del mundo disponibles) califican de transnacionales o transpersonales (por contraste con las anteriores visiones del mundo, algunas de las cuales como la arcaica, mágica y mítica – son prerracionales o prepersonales): la sutil, la causal y la no dual. De este modo, el ser humano dispone de un amplio espectro de visiones del mundo que van desde lo prerracional a lo racional y, desde ahí, a lo transracional; desde lo subconsciente a lo autoconsciente y, desde ahí, a lo supraconsciente. Suponiendo que haya concluido el retroceso de la autoreflexividad, sólo se abren ante nosotros dos posibles caminos, hacia atrás (en dirección a la subconsciencia y de vuelta a la infrarracional) o hacia delante (en dirección a lo suprarracional).