Reiki, el camino del corazón

Reiki, el camino del corazón

Walter Lübeck
Editorial Sirio

La verdad. el amor universal y el conocimiento son, según la comprensión del autor, las cualidades primordiales del reiki. Todo ser humano anhela, en el fondo de su alma, alcanzar la verdad y el amor puros. Por ello, este libro constituye una maravillosa invitación a emprender un camino de múltiples rumbos.

La vía del reiki nos permite experimentar directamente el amor universal, dicho lo cual sobra cualquier explicación intelectual. Sentimos que existe, sencillamente. Se trata de una vivencia que cada uno ha de tener por sí mismo.

Bioenergética

Bioenergética

Dr. Alexander Lowen
Editorial Diana

Escrito desde una perspectiva positiva y liberadora del agotamiento físico, psíquico y emocional que agobia al hombre moderno, este libro tiene como meta principal incrementar la alegría y la satisfacción en la vida cotidiana del lector.

Con un enfoque revolucionario de la relación mente-cuerpo que ha despertado gran entusiasmo en diversas partes del mundo, la Bioenergética ayuda a calmar la ansiedad mental y, con ello, a que el hombre tenso e inhibido sea libre; a que el temeroso adquiera confianza en sí mismo; a que el excesivamente agresivo suavice sus modales y a que el reprimido goce de horizontes insospechados.

Al aplicar a su vida diaria el sencillo lema de la Bioenergética, usted es su cuerpo, verá como su organismo emite una energía propia que, al canalizarse en la forma adecuada, influye positivamente en los trastornos energéticos del cuerpo que afectan tanto a la salud mental como a la física.

Una de las tareas primordiales del hombre y la mujer modernos es saber liberar sentimientos y fuerzas que provocan tensiones musculares y agotamientos indeseables. Por eso, la Bioenergética, una de las formas de psicoterapia más aceptadas hoy en día, es un remedio ideal para tener una vida más plena y feliz.

Iridiología Práctica

Iridiología Práctica

Peter Jackson-Main
Ediciones Gaia.

El iris del ojo humano nos abre una ventana excepcional para analizar nuestro estado físico, ya que contiene las claves que permiten examinar nuestra salud pasada, presente y futura. La ciencia de la Iridiología nos proporciona igualmente un método muy eficaz para asegurarnos una buena forma física, psicológica y emocional.

En Iridiología práctica, Meter Jackson-Main demuestra lo fácil que es hacer uso de esta excelente herramienta diagnóstica: tan sólo con una pequeña linterna y un espejo puedes empezar a comparar tus ojos con las docenas de ellos que se muestran en el libro, aprender sobre tu particular constitución y saber cómo evitar posibles problemas de salud.

Escrito con un lenguaje asequible, respaldado por estudios muy precisos y aportando fotografías exclusivas, Iridiología práctica también explica:

Que los colores y las marcas en tus ojos revelan las particulares características de tu personalidad y tus debilidades físicas.

Detalla dietas y ejercicios, los cambios de estilo de vida y los suplementos herbales apropiados según cada tipo de iris.

Ofrece un glosario visual de los distintos signos del iris y nos aconseja sobre interpretaciones y tratamientos,

Nos guía paso a paso en la preparación de tés, remedios limpiadores y desintoxicantes, y en actividades y preparados terapéuticos que pueden favorecer tu bienestar general y ayudar a elimina tus problemas.

La Medicina del Alma

La Medicina del Alma

Eric Rolf
Ediciones Gaia

Crees que las enfermedades ocurren porque sí, que son fruto de la casualidad y que somos víctimas del Universo?.

Sabes que cada enfermedad o problema físico está relacionado con una parte muy concreta de tu vida que te está comunicando algo?

En la Medicina del Alma no existen las casualidades? la vida te habla a través del cuerpo, y la enfermedad es uno más de los idiomas que la vida usa para comunicarse contigo.

Si estás enfermo o tienes un problema físico, quizás creas que no has hecho nada para enfermar. También es posible que creas que, personalmente, tú no puedes hacer nada para curarte. Con este libro vas a descubrir cómo has participado en la creación de tu enfermedad, y cuando te des cuenta de cómo lo has hecho podrás participar en tu curación.

Te proponemos explorar cómo cada uno de nosotros crea su propia experiencia de la realidad a todos los niveles, principalmente en sus aspectos físicos y emocionales. En este viaje hacia tu interior aprenderás también a utilizar la guía de la intuición para conectar con la fuente de tu creatividad.

Tu alma te guía, el síntoma es un mensaje que indica que te estás resistiendo, de alguna forma, a tu propósito de vida. La medicina del Alma es, además de un revelador enfoque hacia la salud, un arte para relacionarse con el misterio de la vida.

La Biología Desnaturalizada (parte 2)

La manipulación del embrión.
a) La fecundación in vitro:
Disponiendo de un stock de óvulos y de espermatozoides se hace muy simple obtener la fecundación en un medio sintético, eventualmente bajo control microscópico. No hay que olvidar que es así como se produce en forma natural la fecundación de numerosas especies acuáticas, sin conjunción de los individuos.

En los animales estas experiencias son fáciles. Ratones concebidos in vitro y en seguida implantados en una madre adoptiva se han desarrollado perfectamente bien.

En el hombre esta técnica ha sido aplicada con éxito durante estos últimos años. Incluso es posible el diagnóstico del sexo en un embrión de pocos días. Esto facilitaría la eliminación de embriones con probabilidad de enfermedades hereditarias ligadas al sexo, como proponen algunos. Por ejemplo, los embriones varones en el caso de una familia con hemofilia, lo que constituiría una selección eugenésica ultra precoz.

En un medio apropiado, el huevo así fecundado se divide hasta el estado de 16 a 32 células y comienza a organizarse normalmente hasta el 5 o 7 día, que es cuando el huevo se implanta en la mucosa uterina . Más allá de ese plazo, es necesario encontrar esta mucosa nutritiva, que ningún producto sintético puede reemplazar actualmente, o el nuevo ser degenera y muere en algunos días.

b) Las nodrizas uterinas:
Mediante una preparación hormonal adecuada, toda mujer en edad de procrear podría ser puesta en estado de recibir uno de estos jóvenes embriones. Esto se efectúa en forma relativamente fácil en la rata.

Teóricamente destinada a superar una imposibilidad de concepción, por bloqueo de las trompas, por ejemplo, esta implantación, después de la fecundación in vitro, está a nuestro alcance.

Esta manipulación rompe la última atadura entre el niño y aquella que lo porta. Sucede en efecto, que una mujer deseosa de tener un hijo confíe a este último, algunos días después de la fecundación – no sólo efectuada in vitro – a una nodriza uterina. Se puede, en efecto, ir a buscar la mórula en la trompa, mediante una muy pequeña incisión de la pared abdominal (celioscopía) e implantarla en seguida en una receptora preparada.

Después de nueve meses la nodriza uterina traería al mundo a un niño, que no es el suyo, y lo devolvería entonces a la madre genética (eventualmente a cambio de una retribución monetaria).

Las consecuencias afectivas serían aún más graves que las de la inseminación artificial ya evocadas.

c) La hibridación contra natura:
La barrera genética entre las especies está constituida, como se sabe, por las diferencias entre estructuras cromosómicas pero no por una incompatibilidad entre los patrimonios genéticos propiamente dichos.

De esta manera, de la burra y del caballo se produce como híbrido el mulo (o la mula si se trata de una yegua y de un burro). El híbrido es perfectamente viable y bien constituido, pero estéril. De ahí la imposibilidad de hacer pasar un gen de asno a los caballos y viceversa. Desde hace poco se sabe que la similitud de genes es muy grande entre el hombre y el chimpancé y que sus diferencias cromosómicas son tal vez menos marcadas que entre el asno y el caballo.

La tentativa de confeccionar híbridos contra natura por fecundación in vitro e implantación uterina secundaria no ha sido publicada hasta aquí. Nadie sabe a priori qué estado de desarrollo podría ser alcanzado, pero se ve que la tesis de Vercors sobre los animales desnaturalizados corre el riesgo de transformarse en materia de discusión científica, sin omitir las consideraciones filosóficas y morales implícitas no sobre el eventual resultado, sino sobre la manipulación en sí misma.

d) Los cultivos celulares híbridos:
Muy distinta es la técnica de hibridación forzada entre células comunes, es decir, no reproductoras. Ayudada por una infección viral (virus de Sendhai), la manipulación consiste en cultivar lado a lado células de dos especies diferentes. Tal como lo ha descubierto Sorieul, las células se fusionan y ponen en común sus dos lotes cromosómicos.

En el curso de generaciones sucesivas, esta descendencia es inestable y poco a poco los cromosomas de una de las especies son rechazados uno a uno (o poco menos). Los genetistas han sacado provecho de este rechazo para descubrir qué cromosoma (el 1, el 2, etc.) porta un gen determinado.

En efecto, basta con escoger al principio una descendencia humana, por ejemplo, y hacerla fusionarse con una descendencia animal portadora de un gen anormal, haciéndola incapaz de una cierta reacción química. La descendencia híbrida efectúa normalmente la reacción, pero si ella pierde el cromosoma humano portador del gen bueno, llega a ser incapaz de realizar la reacción estudiada. Basta, entonces, vigilar la evolución de la cepa, establecer que en presencia de tal cromosoma la reacción se efectúa – mientras que ésta es imposible cuando este mismo cromosoma es eliminado – para localizar el gen estudiado sobre el cromosoma que interesa.

De este modo muchas decenas de genes ha podido ser localizados, lo que representa un progreso muy importante que avanza a un ritmo acelerado desde hace unos años.

e) La manipulación de los embriones:
La conservación de embriones muy jóvenes al frío intenso no pone particulares dificultades y son posibles muchas manipulaciones, por ejemplo, cortar un embrión en varios trozos, según un proceso que recuerda el de la fabricación de verdaderos gemelos . Se obtendría de este modo camadas de 2, 4, 8 o 16 individuos estrictamente idénticos para implantarlos en nodrizas uterinas diferentes.

Hay quienes proponen la conservación de un doble del embrión bajo frío intenso, como reservorio de repuestos plenamente compatibles, para utilizarlos cuando el individuo envejeciera, o sufriera de alguna enfermedad degenerativa o destructiva de cualquier tipo, como, por ejemplo , el mal de Parkinson, como se ha sugerido.

También sería posible hacer colaborar dos o varios embriones en la creación de un solo individuo. La capacidad de regulación embrionaria es sorprendente en este estado tan precoz, y se ha podido de este modo confeccionar ratas multiparentales, con un récord de cuatro padres y cuatro madres.

Espontáneamente, existe una anomalía de este tipo en forma excepcional en nuestra especie. Ciertos enfermos, llamados hermafroditas, portan lado a lado células masculinas XY y células femeninas XX, y por este hecho están simultáneamente premunidos de caracteres masculinos y femeninos. Resultan de la colaboración de dos huevos fecundados gemelos.

Nadie sabe si la mezcla de un embrión de niño negro y uno de niño blanco daría un sujeto de color mestizo
o realizaría un tablero pigmentado , como el que se ve en la rata. Así tan incierta sería la cooperación de un embrión de atleta y de un embrión de matemático, y nadie sabe si el niño resultante acumularía las capacidades de sus dos ancestros inmediatos.

f) La multiplicación vegetativa:
Sin que el injerto o el mugrón, tan apreciados por los arboricultores, puedan ser exactamente aplicados a los organismos superiores, diversas manipulaciones permiten una multiplicación asexuada , conocida como clonación. En los anfibios, por ejemplo, desde los trabajos de Gordon y King se sabe que es posible quitar el núcleo de un huevo y reemplazarlo por el de otro. El sujeto que resulta de esto lleva los caracteres de la raza donadora del núcleo, y no de la donadora del huevo.

Supongamos que el método ya esté a punto y que el donante sea buen esposo, buen padre, bello, fuerte, inteligente y – para hacer bien las cosas – eminente biólogo especialista en crecimiento celular . De sus millares de células se podrían extraer millares de núcleos, poner cada uno de ellos en un huevo fecundado
y previamente enucleado, y por interposición de millares de nodrizas uterinas asistir al nacimiento de millares de pequeños ciudadanos, todos idénticamente bellos, fuertes, inteligentes y eminentes biólogos.

Ninguna ciencia resistiría la formidable esclerosis resultante del advenimiento de semejante cohorte. Portadores simultáneos de los títulos de nacimiento y de los dotes personales, esta hornada canalizaría en un molde único la evolución intelectual de toda una generación. El esfuerzo por el descubrimiento sería rápidamente reemplazado por un nuevo conformismo.

Qué sucedería si hubiésemos escogido tal o cual personaje histórico? Hay nombres que podrían evocarse, cuya multiplicación en millares de seres no podría ser considerada sin terror.

g) La partenogénesis:
Otro peligro, indirecto también, es aquél de la partenogénesis, fenómeno prácticamente inexistente en nuestra especie (estadísticamente hablando al menos), aunque el clásico quiste dermoide del ovario en la joven probablemente sea una forma muy inferior de este tipo de reproducción.

Como producto del determinismo cromosómico del sexo, la descendencia partenogenética estaría compuesta estrictamente por niñas.

Según si la anomalía descansa sobre la ausencia de toda reducción cromosómica o sobre la reintegración secundaria del 2 glóbulo polar, las niñas serían todas idénticas entre ellas, o al menos representarían todas las variantes posibles alrededor del tipo común llevado por su madre.

Estas manipulaciones del embrión – juzgadas con sano sentido común – no representan ningún interés para nuestra especie. La reproducción en serie presentada por Aldous Huxley en su obra Un Mundo Feliz es más una angustia que una esperanza, y la manipulación pura para ensayar , sean cuales sean los fracasos, es una tentación del espíritu de curiosidad, no un medio de conocimiento razonado.

Lo temible del asunto es que la vida humana supuestamente a salvo de tener precio, no lo está del todo en nuestros días, para algunos al menos.

La manipulación del feto
a) El feto humano, material experimental:
Desde que numerosos países civilizados han admitido que la vida de algunos de sus ciudadanos no estaba protegida por la ley, los fetos humanos pueden ser eliminados si su madre rechaza su rol de nodriza uterina legítima. Son entonces posibles diversas manipulaciones, que lamentablemente se practican, ya sea en el útero o fuera de é1. Es posible, por ejemplo, administrar a la madre ciertas drogas al comienzo del embarazo para saber si pueden ocasionar malformaciones al feto. Fuera del útero – por los abortos a los 3, 4 o 5 meses – son posibles diversas experiencias de neurología o de fisiología. Podría decirse, probablemente, que estas vivisecciones serían útiles a la ciencia, puesto que ciertos fenómenos no pueden estudiarse más que sobre el hombre mismo. Por los medios empleados, esta explicación es falaz. La verdadera razón, por exorbitante que parezca, es mucho más sórdida. Un feto de chimpancé cuesta caro (es necesario costear
la crianza), mientras que un feto humano no cuesta nada.

Por este simple hecho se puede medir los peligros de la biología desnaturalizada para el intelecto y la moralidad, regida sólo por la eficacia y el dinero.

b) La salud por la muerte:
Gracias a múltiples técnicas, el destino biológico del niño puede ser conocido muy tempranamente, aun en el vientre de su madre. Por extracción de una porción del líquido amniótico en el cual está bañado el feto,
es posible examinar las células del niño, y detectar numerosas enfermedades, ya sea cromosómicas o genéticas.

Aquí la investigación se inclina por la eliminación deliberada de las enfermedades . Y esta práctica ha llegado a ser tan rutinaria en los Estados Unidos, que uno de sus partidarios ha concluido en que toda investigación para sanar eventualmente las enfermedades, se ha vuelto inútil merced a esta solución definitiva.

En realidad, la posibilidad del aborto plantea un grave problema moral para la investigación de métodos terapéuticos más conservadores. El éxito de estos últimos no estaría garantizado desde el comienzo y significaría necesariamente una pérdida considerable de niños afectados, debido a la imperfección del tratamiento de la enfermedad, o por un efecto secundario de este tratamiento.

Por estas razones, el diagnóstico prenatal y el aborto tomarían probablemente la delantera sobre todo otro progreso en la terapéutica genética (Lederberg).

Imaginar que un progreso técnico (el diagnóstico precoz) impone una conversión a la solución final (el aborto) y bloquea todo avance de la medicina genética, es probablemente un juicio erróneo, pero constituye una condenación , quizás involuntaria pero terrible, del proceso emprendido por la biología desnaturalizada.

La manipulación del adulto
Con la potencialidad siempre creciente de los medios de acción tanto químicos como quirúrgicos, el adulto mismo puede ser manipulado . No discutiremos aquí los trasplantes de órganos y sus posibles cuestionamientos, debido a que responden a la inquietud de sanar al semejante, muy conforme a la tendencia más noble de la naturaleza humana y a la razón de ser de la medicina. Existen otros dos peligros dignos de ser señalados.

a) Las manipulaciones del sexo:
Seguramente, es imposible transformar a un hombre en mujer, o viceversa, y las pretendidas revelaciones de hombres engendrados como del sexo masculino y luego educados como niños del sexo femenino pertenecen al periodismo sensacionalista. Por el contrario, los cócteles hormonales unidos a la cirugía mutilante pueden trastornar el aspecto y la psicología del sujeto. La feminización hormonal del hombre joven, seguida de la castración con invaginación de la piel del escroto en el perineo para formar una pseudo-vagina, es una intervención codificada y de subida tarifa efectuada por algunos médicos. Una inyección secundaria de una. resina especial en los senos termina la transformación. El cambio inverso: exéresis de los senos e injerto de un falso pene, no da más que una imitación aún más horrorosa. Por excepcionales que sean estas mutilaciones, que a los ojos del profano pueden pasar por proezas técnicas, tienen por efecto el negar todo respeto a la constitución sexual, que pasa a ser modificable a voluntad.

b) Las manipulaciones de la sexualidad:
Entre todos los peligros que presenta el uso de los contraceptivos hormonales, algunos han sido exagerados, otros subestimados, y es difícil hacer un balance exacto. Parece evidente a los ojos del menos especialista, que esta manipulación no puede ser indiferente . Un punto muy particular sobre el cual nuestra ignorancia es total es la píldora en las muchachas. Nadie sabe lo que este trastorno químico puede realizar sobre un organismo de doce o trece años, aún muy lejos de haber alcanzado una maduración completa. Cuando se observa que una porción importante de cohortes femeninas será sometida a esta impregnación , no se puede impedir temblar ante tal imprevisión.

Uno de los aspectos menos evidentes – al lado de un efecto exagerado sobre el desarrollo de los caracteres sexuales primarios o secundarios, o de un efecto posible sobre la fecundidad ulterior – es aquél de la relación entre la maduración del sistema hipofisiario, hipotalámico y límbico y el equilibrio hormonal de la joven.

Probablemente se trate de una imprudencia inaudita, ampliada a toda una generación , que nos revelaría , por una verdadera experimentación masiva, los temibles efectos sobre la regulación del humor, la constitución del carácter y la maduración del sentimiento y de la consciencia en condiciones químicas perturbadas.

c) Las manipulaciones del mecanismo del intelecto:
Se saldría completamente de nuestro objetivo discutir los desarrollos recientes de la bioquímica y de la farmacología del sistema nervioso central. Que se trate de descubrir el centro de la sensación de bienestar cuya estimulación eléctrica provoca un nirvana relativo, o incluso del uso de drogas de cuya extensión se conoce el riesgo de impacto directo al intelecto, esto no puede ser silenciado.

Por una parte, estamos razonablemente próximos a sanar químicamente ciertas afecciones mentales muy graves, comprendidas en ellas ciertos estados de debilidad congénita de la inteligencia . Para varias enfermedades , estas conquistas, localizadas por cierto, pero casi totales, son ya parte integrante de la práctica médica. Por otra parte, sería asombroso que no fueran descubiertos alucinógenos más poderosos, y más específicos que el L.S.D., o euforizantes más estupefacientes que la heroína misma. De este modo nuestro poder para aliviar los problemas del intelecto como para provocar deliberadamente la vacilación de la razón en el afán absoluto del deseo de placer, no puede sino acrecentarse en un futuro próximo. Aldous Huxley denominó admirablemente la droga deliciosa que traía el goce artificial total, por el vocablo griego soma, es decir, cuerpo. Por lo tanto, al parecer la voluptuosidad continua de la sensación pura parece ser la antítesis de la actividad del intelecto. Y es ahí donde está el peligro.

La ciencia en sí misma no es de temer, pero ella engendra lo mejor y lo peor según cómo es utilizada . Las manipulaciones de las que acabamos de hablar no son más que un peligro para más adelante, si consideramos el conjunto del planeta. Pero el verdadero peligro está en el hombre, en su desequilibrio cada vez más inquietante entre su poder que se extiende cada día y su sabiduría que parece a veces retroceder. Es sabio ser aprendiz, es la suerte de todo científico, pero es demencial jugar al hechicero: no se lo es nunca completamente . Más allá de la inteligencia está una ley de vida que comanda también la razón . Es
el afecto por el semejante , la protección del desposeído, la compasión por los que sufren y el respeto sin restricciones tanto por los que son lejanos, extranjeros, diferentes, como por los desconocidos que nos sucederán sobre esta tierra. Las manipulaciones fuera de los caminos de la naturaleza no están de ningún modo malditas. Sólo si el corazón del hombre se encontrara extraviado, se podría temer en justa medida la biología desnaturalizada.

Jérôme Lejeune

Traducido y extractado por Eduardo Cucurella de
Question de, N 13
Editions Retz.
París

La Biología Desnaturalizada (parte 1)

El conocimiento del hombre sobre las manifestaciones de la vida se ha acrecentado considerablemente en el pasado reciente. Desde el paleolítico hasta nuestros días, con la domesticación de los animales familiares y la selección de plantas útiles, el hombre ha hecho genética respetando los fenómenos naturales. Es sólo muy recientemente que el avance del conocimiento de los modos de transmisión de la vida ha roto este equilibrio con la explotación de técnicas que los procesos naturales no pueden en ningún caso realizar.

Para no citar más que algunos ejemplos, la utilización a gran escala de la inseminación artificial en los animales de cría ha permitido superar barreras geográficas o de comportamiento antes insuperables. Del mismo modo, la manipulación genética de las bacterias ha permitido recientemente modificar a voluntad ciertos caracteres genéticos y confeccionar cepas que ninguna selección natural o artificial había sido capaz de producir. Sin extendernos largamente sobre los mecanismos moleculares de transmisión de la vida, y sin entrar en el detalle de las técnicas de laboratorio, es posible pasar revista rápidamente a las aplicaciones previsibles de los medios de que ya se dispone.

La modificación genética en las bacterias
La información genética es transportada, como es sabido, por una molécula particular, el ADN. Según el orden en el que las bases púricas y pirimídicas se suceden en esta larga molécula, se halla instituido un verdadero código químico. Un poco a la manera de la cinta de una grabadora, sobre la cual está registrada toda una sinfonía, los cromosomas, conteniendo este ADN y situados en el núcleo de cada célula, portan la información genética.

Del mismo modo que la inserción de un casete en una grabadora en marcha obliga a ésta a reconstituir exactamente la obra registrada, así también el material genético incluido en un núcleo celular dicta a la célula y a sus descendientes un comportamiento particular.

a) Modificación del ADN:
En organismos tan rudimentarios como las bacterias, la molécula de ADN puede ser modificada de forma relativamente fácil. Desde hace algunos años se conocen, en efecto, enzimas capaces de cortar la molécula en lugares estrictamente determinados, de manera que sea posible preparar piezas separadas que puedan calzar exactamente en la rotura así creada. Es así posible sacar un segmento de ADN de un organismo cualquiera e incluirlo en el patrimonio genético de una bacteria . La precisión y la eficacia siguen perfeccionándose, pero el principio está indiscutiblemente logrado. Estos fenómenos son enteramente diferentes a las mutaciones ordinarias.

b) Las mutaciones provocadas:
Desde muy largo tiempo se sabía que las radiaciones atómicas, o ciertas sustancias químicas altamente reactivas tales como los radicales libres, podían modificar localmente la molécula de ADN, produciendo allí un cambio muy localizado, un poco como la errata de imprenta resultante del descuido de un tipógrafo. Estas mutaciones, estables y transmisibles, eran imposibles de prever. Sin importar dónde la radiación golpeara, no se podía anticipar qué gen sería tocado, ni en qué sentido sería modificado. De allí la necesidad de esperar resultados cuya inmensa mayoría se revela desfavorable, y de seleccionar eventualmente el cambio interesante que hubiera podido producirse por azar. De todos modos, estas mutaciones provocadas no podían más que modificar a ciegas un gen preexistente, pero de ningún modo incluir uno nuevo.

c) Las mutaciones dirigidas:
Es posible la inclusión de nuevos genes en las bacterias utilizando como transportador a un virus, un bacteriófago que remolca un fragmento extraño al interior del cuerpo bacteriano. A priori, se podría tener en consideración el fabricar de este modo ciertos productos útiles cuya síntesis es muy delicada (polipéptidos hormonales, medicamentos diversos, etc.), transformando cultivos bacterianos que devendrían así en manufacturas poco costosas y fantásticamente especializadas.

Sin embargo, la inexactitud de las manipulaciones que hace temer la aparición de cepas patógenas no conocidas aún, resistentes a toda medicación, o incluso modificaciones imprevistas, eventualmente cancerígenas, de cepas hasta hoy banales, han impulsado a la Academia de Ciencias de Washington a proponer una moratoria sobre estas experiencias, ya que sus consecuencias son aun desconocidas.

Tal prudencia puede ser muy exagerada. Sin embargo, esta puesta en guardia parece sabia para prevenir riesgos muy poco probables en verdad, pero que nadie puede excluir a priori.

La manipulación de genes en el hombre
Es obvio que el reemplazo de un gen defectuoso sería muy deseable. Ello podría hacerse ya sea incluyendo, en el lugar y sitio del gen anormal, un segmento de ADN tallado sobre medida y portador de la información genética deseada, o ya sea infectando las células con un virus capaz de vegetar allí, sin acarrear desorden, y portador de un factor genético útil.

El interés de estas manipulaciones es evidente. En un gran número de afecciones genéticas , el enfermo
es incapaz de efectuar una reacción química particular y toda la terapéutica substitutiva demuestra que si esta reacción puede ser restablecida, el enfermo es sanado. Este es el tratamiento clásico de la diabetes por la insulina.

Sin embargo, cualesquiera sean las declaraciones de la prensa , esta terapéutica por inclusión de gen está fuera de alcance, por un tiempo que no puede ser estimado. La idea de fabricar superhombres añadiendo caracteres considerados favorables, representa un riesgo aún menor para el futuro inmediato.

Sin querer profetizar, puesto que cada cual sabe cuán rápido evolucionan las concepciones en ciencia, se puede decir que los peligros de la biología desnaturalizada no provienen actualmente de estos métodos,. Para nuestra especie al menos.

Por el contrario, otras manipulaciones son de temer. Estas no pretenden invadir los elementos del código genético en sí mismo sino sistemas ya mucho más complicados: las células reproductoras primero, o el feto luego, y más tarde, el adulto mismo.

Son estos riesgos tan reales – puesto que los métodos están ya codificados – que deben ser discutidos.

La manipulación de células reproductoras
Es relativamente fácil manipular las células masculinas, los espermatozoides, que están justamente equipados para poder sobrevivir fuera de su tejido de formación (los túbulos seminíferos del testículo) y son capaces de soportar y de efectuar por ellos mismos el largo viaje, desde la cavidad vaginal hasta la trompa de Falopio, travesía que los lleva finalmente a contactar con el óvulo y fecundarlo.

a) El frío intenso:
Por colocación en frío intenso (cerca de -180 en nitrógeno líquido) es posible conservar los espermatozoides durante tiempos muy largos, calculándose ya en más de diez años. Teóricamente, la conservación , tan cerca como sea posible del cero absoluto, debería ser casi infinita. A este frío intenso corresponde una detención de toda actividad química y las células son así congeladas en lo que podría ser una suspensión de la duración fisiológica. Si se ha tenido el cuidado de bajar la temperatura progresivamente y de poner los espermatozoides en un medio adecuado que permita a las moléculas solidificarse como un vidrio y no como un revoltijo de cristales, la estructura fina es enteramente respetada. Después de volver a calentarlas, las células pueden ponerse nuevamente en actividad y los espermatozoides recuperan su movilidad y su poder fecundante.

Son posibles muchas utilizaciones y algunas se han realizado.

b) Los bancos de esperma:
Se concuerda fácilmente en que pueda ser valioso conservar el semen de un reproductor, un poco como se haría con la semilla de una planta. En veterinaria , esto rinde enormes servicios, puesto que es posible, después de algunos ensayos, probar la calidad de la descendencia de un caballo, o de un toro, antes de utilizar la inseminación artificial en gran escala.

En nuestra especie, la inseminación es utilizada sobre todo para paliar la imposibilidad de fertilización. La inseminación en sí misma es en efecto un procedimiento relativamente sencillo, puesto que el simple depósito del espermatozoide sobre el cuello del útero, o en la cavidad misma, realiza una de las etapas del proceso natural. Todos estos niños engendrados así son biológicamente legítimos (salvo errores por envasado).

La otra utilización concierne a la infertilidad masculina, siendo entonces utilizado el esperma de un donante. Aquí los niños son adulterinos puesto que el padre biológico no es el marido de la madre.

Parecería que son de temer numerosas consecuencias psicológicas para la madre y el niño, dígase lo que se diga sobre este punto. Sin embargo, biológicamente los niños son enteramente naturales, como los del adulterio o de la ilegitimidad en cualquier parte.

La idea de seleccionar la simiente de ciertos sujetos catalogados como superiores no ha dejado de ser lanzada. Se ha propuesto reemplazar la buena y vieja manera de hacer niños, por una inseminación voluntaria con Premios Nobel como donantes.

Otro riesgo más insidioso es el de los matrimonios incestuosos desconocidos. En una misma pequeña ciudad, si el mismo donante es utilizado para engendrar numerosos descendientes, habría el riesgo de que se produzcan uniones entre medios-hermanos y medias-hermanas que ignoran totalmente su parentesco,
y verdaderamente se han producido ya en los Estados Unidos.

Aquí todos los riesgos ligados a la consanguinidad se vuelven a encontrar, con sus efectos desfavorables sobre la descendencia.

c) La elección del sexo:
Desde la más lejana antigüedad, la aparición en número poco más o menos igual de niñas y de niños ha dado lugar a innumerables hipótesis y a un número aún más grande de métodos empíricos destinados a procrear a voluntad a un sujeto masculino o a un sujeto femenino. Sin ningún éxito hasta aquí.
.
Como se sabe, el ser humano posee 46 cromosomas, de los cuales un X y un Y están en el varón, mientras que la mujer tiene dos cromosomas X. En el momento de la producción de células reproductoras, sólo exactamente la mitad de los 46 cromosomas se reconocen en el espermatozoide. De esto se desprende
que cada célula reproductora lleva 23 cromosomas , por consiguiente un elemento de cada uno de los pares, un cromosoma N 1, un N 2, y así continuando hasta el N 22, y además un cromosoma sexual, sea un X o un Y, ya que estos cromosomas sexuales no son idénticos. En cada óvulo van también 23 cromosomas, de los cuales siempre uno es X.

Se ve, por lo tanto, que es el espermatozoide fecundante el que determina el sexo del niño. Si aporta un X,
el sujeto es XX, es decir, niña . Si aporta un Y, el sujeto es un XY, o sea, un niño. Por un método de tinción especial se puede reconocer si un espermatozoide porta un X o un Y. Pero esta técnica de investigación produce la muerte de la célula.

La idea de una separación de ambos tipos a menudo ha sido propuesta por los medios más diversos, pero ningún éxito real se logrado aún. Es de suponer, lo que no tiene nada de imposible, que sea descubierto algún día un método eficaz. Entonces la cuestión se centraría sobre si dejar a la pareja esta elección del sexo de los niños. Como lo dice muy bien Jean de Grouchy en Los nuevos Pigmaliones: el Estado debe poner en marcha sus computadores para saber cuál sería el mejor método para satisfacer el deseo de la mayoría de los padres (ellos quieren un niño) a la vez que preservar el equilibrio de los sexos en la siguiente generación . Un simple cálculo entrega en un abrir y cerrar de ojos la respuesta que los grandes computadores no dejaron de afirmar a través de inmensos cómputos: el único medio para evitar todo favoritismo y toda injusticia deliberada es el azar (como antes).

d) La separación de los malos genes:
Una aplicación aún más lejana sería inventar una especie de filtro capaz de detener los espermatozoides portadores de un mal gen para no dejar llegar al final más que a los buenos. Cuando un sujeto porta, en efecto, para la misma función química un gen normal y un gen patológico , transmite indiferentemente el
uno o el otro, es decir, una vez de cada dos. De ahí emana el interés teórico evidente en una manipulación tal que prácticamente reduciría a casi nada la carga genética soportada por cada generación. Se puede contar actualmente con que aproximadamente un niño sobre cien sufra de alguna enfermedad genética.
En relación con esto no se ha inventado ninguna manipulación aún, pero sería presuntuoso negar a priori toda posibilidad de este género.

e) La manipulación de los óvulos:
Las propuestas de intervención sobre la célula femenina, el óvulo, son mucho menos numerosas y mucho más difíciles de realizar en razón del pequeño número de estas células, una en cada ciclo menstrual en promedio.

Sin embargo, se conocen diversos cócteles hormonales para provocar ovulaciones múltiples , y sería posible el obtener de ciertas donantes una decena de óvulos maduros, por ejemplo. A pesar de ello, los óvulos no se guardan en bancos, pues no toleran bien el frío intenso, a diferencia de los embriones y los espermatozoides.

f) Las implicaciones morales:
Como se puede ver, dejando aparte la utilización para el mejoramiento de la raza humana pregonado por algunos, la manipulación de células reproductoras podría ser más peligrosa que útil.

Hasta donde es posible juzgar, los efectos psicológicos podrían ser más graves. La disociación entre la paternidad y el acto de amor, a veces comparada a la sublimación afectiva encontrada en la adopción, es
de hecho muy diferente, puesto que uno de los procreadores, la madre, es un progenitor biológico “bona fide”, mientras que el padre es totalmente lejano a sus hijos.

Por otra parte, la intervención de un científico que procure o manipule los gametos, viene a constituir como la sustitución del marido real, estrictamente hablando , lo que va en contrario no sólo de la naturaleza sino de la función misma del especialista, que es colaborar , facilitar, permitir que lo natural se produzca.

La generalización de estos métodos podría traer la creación de un abismo aún más grande entre las generaciones , con toda la inestabilidad afectiva o racial que puede deducirse.

Continúa en el siguiente artículo…