Más allá del velo de la consciencia

Más allá del velo de la consciencia

Todo aquel que es un Sufi o aspira a serlo, sabe que nuestra consciencia es un velo que nos oculta la realidad. Todos tenemos la esperanza de que ese velo será levantado, de modo que podamos ver lo que está detrás de él. Puede uno hablar de lo que se encuentra más allá del velo de la consciencia? Me gustaría que Ud. se hiciera esa pregunta, que sin duda ha escuchado muchas veces, cuando se ha acercado al punto en que el velo está frente a Ud. y tiene la sensación de que hay algo más allá de él. De modo que quiero hablar acerca de cómo podemos entender este Más allá del velo de la consciencia. Muy pocos pueden darse cuenta de que más allá de él hay otro lugar. Cuando el velo fue levantado, Bahaeddin vio a un grupo de maestros de tiempos antiguos que se encontraban presentes todos juntos y, por supuesto, vio otras realidades y muchas cosas le fueron reveladas que no describió ni pudo escribir acerca de ellas. Esto puede ser también presentado de un modo figurativo: la grandeza más allá del velo. Pero todas éstas son cosas para las que podemos usar palabras. Debemos aceptar que aquello que se encuentra más allá del velo, es de tal naturaleza que ninguna palabra puede ser usada. Cuando me encontraba sentado frente a Uds., aquí preguntándome a mí mismo De qué voy a hablar? la respuesta apareció, Ud. puede hablar acerca de lo que está más allá del velo de la consciencia. Pienso que la única manera de hacerlo es no decir nada, porque acerca de lo que está más allá del velo de la consciencia, nada puede ser dicho. Pero se pueden hacer preguntas. Esta es la naturaleza peculiar de las preguntas, que no tienen el mismo carácter limitado de las respuestas y declaraciones. Si uno puede evitar decir algo, si uno puede hacer una pregunta y no esperar una respuesta, si uno puede mirar un misterio y no esperar que sea revelado, si podemos mirar el velo de la consciencia y no esperar que sea levantado hace que, desde tiempos inmemorables, el realizar preguntas ha sido estimado como un algo más penetrante que el dar respuestas. El realizar preguntas es algo que realmente está dentro de la capacidad de cada uno de nosotros. Es por esto que hago esta pregunta, y podemos todos preguntarnos a nosotros mismos, Qué está más allá del velo de la consciencia? Qué se oculta a nosotros por la naturaleza de nuestra propia consciencia? Se pueden dar algunas explicaciones acerca de esto. Pueden decirse dos cosas muy diferentes. Uno puede hablar acerca de la expansión de consciencia, la profundización y ensanchamiento de la consciencia, y uno puede hablar acerca de ir más allá de la consciencia. Uno debiera realmente entender con la propia mente que estas son cosas completamente diferentes. Uno piensa que la consciencia se puede expandir hasta que uno sea capaz de abrazar el universo entero, y aún permanecer en el mismo lado del velo. Uno puede tener una consciencia cósmica tal expansión, tal éxtasis – que la que todo es revelado. Pero eso es aún este mundo el que es revelado a nosotros, con sus grandezas, sus maravillas y así sucesivamente: su tiempo, pasado y futuro. Aún si son imágenes incomprensibles que no son todavía apreciadas por el pensamiento humano o que han sido olvidadas por el pensamiento humano, aún si estas imágenes son completamente incomprensibles y no pueden ser explicadas en términos ordinarios, estas imágenes son aún consciencia. Nos cambiamos desde este concepto Sufi al concepto Hindú de ello. Cuando los hindúes hablan acerca de ello, ellos realmente hablan acerca de este estado, este estado Sushupti, como siendo tomado fuera de la consciencia – no como algunas veces se traduce ser un dormir sin sueños – una frase muy sin sentido. Pero qué es aquello que le ocurre a alguien cuya consciencia es interrumpida, que está en un estado de real éxtasis, en donde no hay consciencia? Todo lo que sabe acerca de ello es que cuando regresa a su estado ordinario de consciencia, recuerda que ha visto lo que nunca podría ver y que difícilmente puede recordar aún el destello que llega a él en el momento de transición entre los dos mundos. Lo que le ocurre cuando está realmente en el otro mundo, no lo puede recordar del todo. De modo que cuándo sucede aquello en que pueda aparecer un puente en la separación de ambos, y de qué manera es esta separación impenetrable? Es impenetrable en gran medida debido a nuestra propia ignorancia. Nuevamente cambiamos de verlo en términos hindúes a budistas. Para el budista (hablo ahora del Budismo Terevadin de los Nikayas) el estado final antes del despertar, la Iluminación, llega cuando hay una entrega desde el deseo por la existencia, desde la ignorancia y desde cualquier tipo de acción auto provocada. Cuando uno se encuentra libre de esas cosas, entonces, dicen, llega la liberación, entonces se transforman en el Bhodisattva, el totalmente iluminado. Cada religión, cada enseñanza está involucrada con esta transición desde la prisión dentro de este mundo y la liberación hacia el otro mundo. Pero, muy frecuentemente, lo que se dice muestra que tienen una confusión de ideas acerca de la consciencia. Piensan que ser más consciente, tener una consciencia más amplia, una mayor expansión, una consciencia más abarcante, es progresar en la dirección correcta. Que entender y experimentar más, ser capaz de abarcar más, tener visiones del pasado, ser capaz de penetrar en las propias vidas pasadas, ser capaz de ver el futuro, ser capaz de entender las leyes del mundo: toda esta clase de cosas pueden venir con una expansión y transformación de la consciencia. Pero todo esto puede no ser más que un ensanchamiento de la prisión. La otra dirección, la dirección hacia la nadidad, hacia la desaparición del sí mismo, esa es la dirección que está más allá de la consciencia. Todos escuchan palabras tales como aniquilación, cesación de la existencia, cesar de ser. Pero qué es el Maha para Nipana, (una frase de la terminología budista), la gran última liberación, la gran última aniquilación? Entonces se hacen todas esas estúpidas preguntas: Y al final, después de la última, final liberación, existe el Buda o no existe? Está él allí o no está él allí, o él simultáneamente está y no está? Y la respuesta es no, no; no es ninguna de esas cosas. El no está allí y él no está no está allí, y él no es ninguna de ambas cosas simultáneamente. Trato de que Ud. haga la pregunta incontestable. A la manera de los maestros Zen, la pregunta de preguntas sin respuesta, se transforma en una técnica práctica para prepararlo a uno a rendir la ilusión propia del sí mismo. Ud. podría decir, Bien, si el Budha no contestaría la pregunta, Qué hay más allá de la consciencia? Y si nadie va a contestar esta pregunta para nosotros, Qué utilidad tiene el hacerla? Esto no es una posición correcta. Es sosteniéndose a uno mismo en frente de este extraordinario hecho, que uno puede aprender. Nosotros los seres humanos estamos hechos de tal manera, que un lado de nuestra naturaleza pertenece a ese mundo que está más allá de la consciencia, y esto es lo especial, el muy peculiar hecho del hombre. Nosotros naturalmente nos enorgullecemos de la posesión de estos extraordinarios instrumentos, de este hermoso cuerpo nuestro, con tan alta capacidad de adaptación excediendo a la de cualquier otro animal, no el poder individual de los animales en cada caso y que puede ser mayor que el nuestro, sino nuestro poder de adaptación. No el extraordinario rango de experiencias sensoriales posibles para el hombre, que quizás los animales en su totalidad, todas las bestias y aves en conjunto posean al mismo rango posible para el hombre. Pero el hombre solamente tiene la totalidad de ello, aunque por supuesto él pierde su derecho de nacimiento, permitiéndose vivir con egoísmo y emociones lastimeras, siendo que tiene la posibilidad de una vida emocional real. El tiene este instrumento, esta idea de su poder de proyectarse él mismo, no sólo hacia el pasado y el futuro, sino aun fuera del espacio y del tiempo. Y aún con todo esto, estamos sólo hablando cuando expresamos todas estas cosas, y hemos dicho todo cuanto podemos expresar acerca de la naturaleza conocible del hombre. Todo cuanto puede entrar en su consciencia. No hemos comenzado a penetrar en el misterio del hombre, no hemos comenzado a penetrar. La verdad real es que cuando el velo es rasgado, entonces las cosas son tan diferentes que uno se atreve a decir que el hombre se vuelve infinito y Dios se vuelve pequeño. Aquí nos sentamos frente a ese velo; la mayor parte de las personas le vuelven la espalda, buscan afuera, buscan lejos de él, buscan lejos a través del mundo más limitado, más restringido, el mundo de estas transformaciones materiales. Ellos buscan en las manifestaciones externas de la gente, y todo esto nos hace volver la espalda. Por supuesto tenemos que hacerlo; es nuestra obligación, es requerido que lo hagamos. Pero uno puede sentir que cuando lo hace, uno es temporal, por un tiempo limitado, porque uno es obligado a ello, mirando a ese mundo exterior, sabiendo que la propia realidad está en el otro mundo. Podemos realmente sentir que este mundo sólo existe porque somos obligados a hacer algo respecto a él, que no existe por derecho propio y de que si nos identificamos con él, nosotros también dejamos de tener significado? Podemos ver este mundo realmente como un mundo en donde el hombre tiene sólo una misión que cumplir, ningún lugar donde verdaderamente nada pueda tocarlo? De que él está allí sólo porque tiene algo que hacer, no porque él pertenezca allí? Cuando nos volvemos en la otra dirección y observamos esto: Si es levantado para mí, qué me pasará? Seré consumido? Desapareceré? Quizás el momento llegue cuando uno se acerque a ello y aún un cierto terror real venga sobre uno. Qué podría significar pasar a través de ello? Para la mayoría de las personas este terror no existe, porque no se han acercado lo suficiente para ver el abismo. Hablamos de encontrarnos a nosotros mismos frente a un velo. Quiero volver a lo que destaqué de la historia de Bahaeddin, que detrás del velo había alguien, no un vacío, no una nadidad, no imágenes, pero gente real. Esto es lo que debemos sostener si podemos. Aunque estamos conscientes de que cuando nos volvemos hacia lo profundo, estamos frente a algo que no podemos penetrar con nuestra consciencia ordinaria, ello no quiere significar que lo que está al otro lado es vacío, tan sólo porque nuestra consciencia no puede dimensionarlo. Hay algo muy extraño en el Mathnawi de Jalaluddin Rumi. El dice: Si quieres encontrar el trabajo; busca al trabajador. El trabajador está en el taller. El taller es el taller de la nulidad. El taller está en el lugar de la no existencia. Entonces todo tiene lugar, entretejiéndose en esto. Pero él enfatiza que este es el lugar del hacer, el lugar del trabajo, de la actividad, y al mismo tiempo la no existencia. Él puede decirse a sí mismo: Cuando estoy frente a ello, siento que no estoy frente a un vacío, sino que estoy enfrente a algo que es diferente y quizás a mi consciencia ordinaria pueda aparecer como vacío? Como se muestra correctamente en la imagen de La República de Platón que uno no ve porque la luz es demasiado brillante. Lo que no quiere decir que en la luz no haya nada más que luz. La tierra libre está allí para los que puedan retornar dentro de la luz. La luz los capacita para ver lo que tienen que hacer y lo que realmente necesita ser hecho. Ciertamente ese cuadro de Platón está lleno de significado. Puede ser leído de un modo muy simple, pero hay mucho más en ello si se lo observa de un modo diferente. Diría que uno puede, contemplándolo, llegar a la conclusión de que no es posible que nuestras vidas sean confinadas a esta consciencia, en la que somos conscientes de que debe haber otra parte de nuestra naturaleza y de que esta naturaleza la debemos compartir con muchas otras cosas. Hay, en otras palabras, otro mundo y somos impedidos de comunicarnos con ese mundo, porque lo hacemos desde el lugar equivocado en nosotros, esto es desde nuestras mentes y sentimientos, todos los cuales están limitados por nuestra consciencia. Si nos decimos a nosotros mismos: Debe haber algo en el hombre, desde donde ello puede sernos revelado y ha sido revelado a otras personas y ellas lo han experimentado; debe existir algo que permite al hombre comunicarse, entonces es cuando podemos hacernos otra clase de preguntas. Si existe otro mundo, que es un mundo de actividad, pero una actividad incomprensible, algo así como el cuadro de una actividad desarrollándose, que no es vista en esta tierra, no está ocurriendo nada sólo porque no somos capaces de ser conscientes de ello? O hay algún intercambio, alguna acción entre estos mundos? Está cortado aquello que está más allá de la consciencia o estamos nosotros amputados de ello? O hay algo ocurriendo entre los dos mundos, que está allí, afectándonos constantemente y que es significativo para nosotros y que no está ocurriendo por el hacernos esta pregunta. Por ejemplo, comenzamos a tener, quizás, una actitud más cautelosa hacia nuestra consciencia, hacia lo que ocurre en los estados ordinarios de consciencia, considerándolos como teniendo relación con asuntos más limitados. Lo otro es lo que podemos preguntarnos a nosotros mismos, Existe algún otro modo por el cuál pueda asociarse con nosotros, con una experiencia nuestra? Es probable que cada uno de los aquí presentes haya tenido algún tipo de experiencia que no puede ser interpretada en los términos de su comprensión ordinaria. Pueden haberla recordado y atesorado, o pueden haberla dejado de lado y olvidado, o haber hecho algo que no es útil, esto es, han empezado a adornarla y construido sobre ella y manejándola como algo propio, en vez de algo que sólo les ocurrió en un momento auspicioso, cuando era posible que ello ocurriera. Pero si nosotros, todos nosotros, hubiéramos tenido alguna clase de indicaciones de que hay algo más que esta vida animal de nosotros, quizás podríamos aprender acerca de ello haciendo algo. Puede ser que todo lo que tenemos que hacer es dejar de lado la expectación de que podremos aprender acerca de esto desde nuestro estado de consciencia ordinario, pensando, hablando y así sucesivamente. Quizás es a través de la acción correcta que uno puede aprender acerca de ello. Quizás puede ser aprendido por el secreto de rendir la propia voluntad, rindiendo la propia ilusión de ser. Tal vez está la posibilidad para nosotros de encontrar cosas que han sido comprendidas por personas en tiempos pasados y ha probado ser un supuesto por donde el hombre puede abrir los canales para sí mismo, de modo que puede existir una comunicación. Quizás lo que estoy diciendo es correcto; de lo que está más allá de la consciencia (y esto significa más allá de la consciencia y no meramente más consciencia), no puede ser expresado en términos de la consciencia. De otro modo el término más allá dejaría de tener un significado. Al mismo tiempo debiéramos creer que pertenecemos a él, que no es ajeno a nosotros, que no es el privilegio de unos pocos y especiales santos que fueron llamados o transformados, sino que esta es la verdadera naturaleza del hombre, que él es tal criatura, que ello pertenece a su naturaleza. Esto significa que él debería ser un puente, una conexión entre los dos mundos. Si esto es así, debiéramos comenzar a tener una cierta confianza en ello, y pienso que esta es la verdadera razón del porqué les hablo acerca de esto. Es necesario ir desde la idea de que hay otro mundo, o un mundo más allá de la consciencia, a la idea de que existe en el hombre la posibilidad de la transformación que lo llevará a través de esta separación; de que hay un actuar desde el otro mundo sobre este mundo. Tal vez podemos tener todas estas ideas. Podemos aún tener alguna convicción y pensar que debe ser así. Desde aquí podemos tener un manejo, una fe viva, porque la fe es por su naturaleza operacional. Esto es la base del hacer. Podemos probar esto, viviendo nuestras vidas con el pensamiento de que hay otro mundo al que pertenecemos, y el pensamiento de que nuestro destino es de algún modo ser un puente entre dos mundos. A la comprensión de que es verdad que tenemos una misión en este mundo; ser un modo de transmitir desde el otro mundo, encontrando nuestro propio modo de hacerlo, con un tráfico de dos vías. Si todas estas ideas son algo para vivir como ideas, entonces pueden ellas volverse en algo más que esto? Pueden volverse operacionales en nosotros? Podemos todo el tiempo y en todo lo que estamos haciendo, tenerlo como el centro estable de nuestras actitudes, elecciones y decisiones? Esto es lo que importa, y con ello viene un correspondiente debilitamiento de nuestra dependencia de las cosas externas. Aun más importante, aparece un debilitamiento de nuestras ilusiones acerca de nosotros mismos, de las ilusiones de nuestra habilidad de hacer cosas y una buena disposición a aceptar que necesitamos de ayuda desde ese otro mundo. Podemos llegar, a través de contemplar esto, a tener un reforzamiento de esta parte de nuestra naturaleza que une a estos dos mundos y vivir con esta confianza? Si podemos, entonces es de valor para nosotros. Si permanece como una idea, entonces nos es aún muy beneficioso porque es un buen antídoto contra la desesperación. Nosotros realmente pertenecemos a esta totalidad que está separada por el golfo entre la consciencia y lo que está más allá de ella, o como también lo diría: el mundo condicionado, limitado de la experiencia sensorial y el mundo no condicionado, ilimitado de lo que no puede ser alcanzado a través de los sentidos. Todo depende de cuanto estemos convencidos de ello, hasta donde ello comienza a ser parte de nosotros. La dificultad de utilizar imágenes, es que las imágenes son necesariamente limitantes. Si Ud. habla acerca de todas las posibilidades, ya está excluyendo las imposibilidades. Todas las imposibilidades son nada. Quién sabe que ese otro mundo no es un mundo imposible? Podría decir algo acerca de más allá de la consciencia. Uno habla en términos de una imaginería cuantitativa de todo lo que existe, el todo, y todo. Ud. podría estar completamente en lo correcto diciendo de que todo no tiene conexión con el Absoluto. Si decimos que hay algo no cuantitativo del todo, no completamente contable cuando Ud. no puede aún decir que dos es diferente de uno – entonces hemos dicho algo que no es fácil de atrapar para la mente. Si decimos que no hay nada medible, no habiendo por lo tanto grande y pequeño, comenzamos a ir a un tipo de lenguaje místico. Quisiera ser capaz de llevar a Ud. esta sensación que tengo, de que este lenguaje es lo que lo hace místico, no la realidad en sí misma. Uno podría decir que el misticismo está hablando acerca de lo inefable. Está colocando en palabras lo que no puede ser hablado, y de este modo suena misteriosamente extraordinario. La experiencia real es algo diferente. Esto es por lo que realmente cité la historia de Bahaeddin al comienzo, que cuando el velo es levantado, él no ve algo misteriosamente desconocido; él simplemente vio el maestro del maestro de su maestro sentado allí, y vio que la cosa esencial era que el hombre había logrado llevar a cabo el perfeccionamiento de su propia naturaleza y que este era inaccesible porque la gente no puede conocer lo que significa. Ellos no pueden conocer el significado del decir morir antes de que Ud. muera. Es uno de los más piadosos y condensados dichos del Profeta. Todo está realmente contenido en ello. Aquello que viene del morir, no puede ser visto sin morir. La gente dice, quiero ver, pero quiero vivir, pero Ud. no puede ver lo que sólo se puede ver muriendo si insiste en vivir. No puede hablar acerca de ello. Alguien hablaba el otro día acerca de la extraordinaria experiencia que tenía cada vez que ella iba al dentista y se le administraba un gas, o cualquier cosa que le den actualmente donde el dentista. En cada oportunidad ella veía la totalidad de la realidad, veía revelado el significado de todo el universo. Tiene uno realmente que tener un dolor de dientes para que todo te sea revelado? Por supuesto, las personas pueden aun tenerlo sin un dolor de dientes. Se lo digo; Ud. puede ir a la oficina del dentista, él enciende su equipo y su sillón sube y sube y sube y Ud. ve por sobre la pared que hay algo al otro lado de ella.. Ud. ve que hay un maravilloso, hermoso jardín. Y dice,yo he visto la perfección he visto como es. Nunca dice, la estoy viendo en este momento, porque Ud. no habla en ese momento, lo hace después. Va al dentista una y otra vez, Ud. es elevado, Ud. ve. Pero Ud. aún permanece a este lado de la pared. Entonces dice, Esto no es suficientemente bueno no estoy satisfecho con mirar sobre este muro, y comienza a rodearlo y el muro es terriblemente peligroso porque tiene muchas cosas, malezas, zarzas, arbustos y obstáculos por el estilo en toda su extensión, y Ud. ve una puerta. Quizás ve una puerta que está bastante bien despejada y miles de personas tratan de entrar a través de ella y dice Bueno, esto no es bueno y avanza. Entonces ve otra puerta de la que nadie se preocupa y Ud. quizás pasa a través de ella fácilmente porque no encuentra competencia allí.. Pasa por la puerta y se encuentra en el jardín. Esta es nuevamente una historia contada por un sufi. Es una de las antiguas, de alguien que vivió en Bagdad. Sí, dice, encontré esta puerta. Era la puerta del auto-rebajarse, y lo más extraño, realmente nadie se hacinaba alrededor de ella. Qué piensa Ud. que quería decir Rumi cuando dijo pienso que los dos mundos son uno? El dijo lo que dijo. Es verdad. Por supuesto es correcto. Meister Eckhart dijo lo mismo, y también lo hizo Jacobo Boehme: He visto el verdadero origen del asunto de la Trinidad de la fuente de la cabeza de Dios. Pero estos mundos están separados sólo porque estamos confinados a esta consciencia. No están en realidad separados. La separación es completamente una ilusión nuestra.. Eso es lo que Jalaluddin quería decir. Por supuesto son uno, pero en nosotros están divididos, porque en nosotros tienen que ser reunidos. Es la ilusión del yo, la ilusión de que existimos, la ilusión de que podemos saber. La dificultad de esta ilusión es que, por supuesto, podemos conocer una enorme cantidad de hechos, y también en el sentido de esta clase de existencia, existimos. De este modo esta ilusión se adhiere firmemente a nosotros. Por eso es que es dicho, Morir antes de que Ud. muera. Eso es lo que significa. Abandonar la existencia antes de que la existencia lo abandone a uno. Dónde podría Ud. guardar el conocimiento de aquello detrás del velo, o el pensamiento de lo que está más allá del velo, si Ud. está en este lado del velo? Lo guardaría en su consciencia o es esto algo destructivo? O lo mantendría como una interrogante, o dónde? Depende del modo en que Ud. lo siga. Está el modo del preguntarse. Hay una manera que consiste enteramente en realizar preguntas y no darse por vencido. Fue por esto que el Buddha se sentó bajo el árbol Bohdi? El dijo no me voy a levantar de este lugar hasta que esta pregunta sea respondida. Este no es el camino de todos. Pero lo anterior no significa que no es tarea de cada uno hacerse esta pregunta y retornar a ella. No puede mantenerla en frente de Ud., debemos asimilarla, de manera que se vuelva parte de nuestra naturaleza, de modo que esté verdaderamente dentro de nosotros, en nuestro propio aliento. Así es como esta pregunta debe ser respondida. Tiene que existir la real convicción en nosotros, de que este estado de existencia no es suficiente. Y que ello no significa que yo quiero más. Cuando digo no suficiente, me doy cuenta de que he hecho un uso erróneo del lenguaje. Obviamente no quiero decir con esto que debemos tener más existencia que la que tenemos ahora. Simplemente quiero decir que tenemos que tener este modo de vida. Es parte de la naturaleza del hombre. El no es un ser que es especial, que no ha logrado un lugar en este mundo. Lejos de ello. La cita de Rumi es completamente correcta. Los dos mundos son uno. El único problema es que vivimos demasiado alejados del otro mundo, no que vivimos demasiado en este mundo. Tenemos que vivir completamente, con toda la fuerza, en este mundo. Todo, todo lo que un hombre puede hacer, debemos hacerlo Todo lo que una mujer puede hacer, debemos hacerlo. No alejarse de este mundo. Pero tenemos que tener tanto como en éste en el otro. Actualmente hay, adicionalmente al velo natural, también un velo no natural. Uno puede decir que el hombre no está, para la mayoría, en el punto de partida porque hemos inventado algunos velos hechos por el hombre, y estos son excesivamente problemáticos. De modo que cuando Ud. dice Es esta una particular rareza de la historia?, esto es la cosa más extravagante; que en este tiempo nosotros los seres humanos, la mayor parte, hemos construido elaboradamente para nosotros mismos un completo lote de innecesarios velos, de modo que no solo tenemos la dificultad inherente a nuestra naturaleza, de reconciliar lo condicionado con lo incondicionado; tenemos también la dificultad de reconciliar lo natural con lo no natural. Hemos arribado a algo falso, Ud. comprende. Sabemos que es así; esto es histórico. Se ha dicho que hace aproximadamente 4.500 años, la gente no vivía en este estado de falsa separación. Hubo un período en que la gente vivía una vida mucho más normal, y por lo tanto había algo diferente. Me inclino a pensar que hay algo en ello. Uno no debe descartar completamente la noción de que vivimos en una época más ilusoria que el promedio para el hombre. En un cierto período, la humanidad vive en un estado que es cercano a una existencia natural y apropiada y en otros tiempos por debajo de él. Esta es la noción de yugas, de la que los Hindúes hablan, o el grado de unión que hay en el hombre. Si se cree, como yo lo creo, estamos justo ahora pasando a través de los últimos espasmos de ello. Ud. tiene una buena chance de vivir en el inicio de una era de mayor luz y espero en Dios que todos Uds. se sostendrán en ello y no se permitirán retroceder a creer en las cosas como ellas parecen ser. Este es el destino de la gente joven; tener un vislumbre del mundo y como las cosas son realmente, y entonces ellos se permitirán a sí mismos involucrarse con ser los directores de algo de este tipo.

El amor es el Camino de Unidad

El amor es el Camino de Unidad

Qué es la Unidad desde el punto de vista sufí y como realizarla?

Los sufíes consideran que no hay más que una sola Existencia, y todo lo que existe es una manifestación de esa Existencia.   Este principio que se llama comúnmente el Principio de la Unicidad de la Existencia no se origina simplemente en el campo de la fe o de la doctrina sino en el campo de la experiencia directa.  No se puede comprender verdaderamente la Unicidad de la Existencia más que por la experiencia de esta Unidad al nivel más profundo del ser; una experiencia que revela la naturaleza divina que hay en nosotros, y nos hace descubrir que cada partícula del universo es la manifestación de la Presencia divina.   La única aproximación que hace posible realizar esta experiencia es la del amor.   En efecto, el amor es el principio unificador del universo y el único guía en el cual la humanidad puede confiar en su búsqueda de la verdad.

ElAmorEsElCamino-1Si en su nivel más elemental el amor puede traducir la unión afectiva y sentimental entre dos seres, en su nivel más sublime él engloba de manera incondicional toda la creación divina, y conduce a la experiencia de la Unicidad de la Existencia.   Según los sufíes, la experiencia de la Unicidad anula todas las distinciones convencionales entre las diferentes religiones, y hace saltar en pedazos todos los principios, reglas y leyes que dividen a los hombres. Quien ama a Dios descubre entonces que no hay más que una sola Existencia que se manifiesta a través de formas diferentes y variadas.

Al desaparecer la ilusión de la realidad individual, no se puede menos que constatar que no hay nada más que Dios, y como Hallâj, el sufí mártir, gritar lo que nos parece una expresión blasfema:  Yo soy la Verdad .

Al alba del siglo XXI, somos testigos de un mundo que está llegando a ser más y más consciente de su multiplicidad, y que rechaza la unidad artificial y a menudo ilusoria con que algunos han querido investir diferentes momentos de la historia, ya sea por la dominación racial, religiosa, ideológica o cultural.   En esta sociedad global debemos admitir un principio en el cual han insistido siempre los maestros sufíes, a saber que hay tantos caminos hacia Dios como individuos hay, y que todos esos caminos diferentes llevan al mismo punto:  la Verdad absoluta que es una y la misma para todos. Toda otra aproximación parcial o reductiva no podrá sino agravar los conflictos y los desequilibrios del mundo de hoy.

Rumi, el gran poeta y maestro sufí, ilustra este punto con una historia: Se le dio a cuatro hombres de países diferentes, que no hablaban la misma lengua, con qué comprar en común lo que desearan. Cada uno de ellos quería comprar uvas, y lo dijo en su lengua que era incomprensible para los otros.   Pensando en que querían cosas diferentes, cada uno intentó imponer su voluntad y terminaron en una disputa sobre aquello que había que comprar. Finalmente, pasó uno que hablaba todas esas lenguas, les compró uvas y puso fin a la querella. Así, según Rumi, sólo los hombres de Dios conociendo el lenguaje del corazón pueden salvar a la humanidad de sus divisiones y antagonismos.

En realidad, esta visión global que más allá de las palabras y de las apariencias abraza el sentido verdadero de las cosas, no es el patrimonio del sufismo sino que constituye la esencia de toda espiritualidad verdadera. Krishna expresaba en la Bhagavad-Gita: Liberados de la pasión, del temor y del odio, colmados de Mí y tomando refugio en Mí, purificados por el fuego de la sabiduría, son numerosos aquellos que s unen a Mi Ser. Cualquiera que sea la manera en que ellos vengan a Mí, Yo los recibo con los brazos abiertos, porque cualquiera que sea el camino que ellos emprendan, estarán en Mi Camino.

El amor es la sola vía que puede conducir a los seres humanos a esta comprensión. Es solamente por la fuerza unificadora del amor que la humanidad puede sobrepasar sus discordancias y llegar al estado de Unidad.  Aquellos que conciben la espiritualidad a través de otro camino que el amor provocan inevitablemente desorden y conflicto en el mundo.

Es solamente a través del amor que se puede por fin ver que todas las prácticas espirituales, cuando son cumplidas con la sinceridad del corazón, llegan a la misma meta y remontan a la misma fuente. Y es otra vez Rumi quien ha ilustrado este punto con su maravillosa historia de Moisés y del pastor:

Moisés, en el curso de uno de sus numerosos viajes a través del desierto, sorprendió a un pastor dirigiéndose a Dios: Oh, tú que comandas todas las cosas imploraba el pastor yo desearía tanto llegar a ser tu servidor para reparar tus sandalias y peinar tus cabellos; besar tus pequeñas manos delicadas, masajear tus piececitos, y barrer el polvo de tu habitación. Oh, tú a quién ofrezco mis cabras en sacrificio, tú, cuyo recuerdo es la causa de mis llantos.

Al escuchar todo ese parloteo, Moisés reprendió al pastor y le hizo saber que estaba dando pruebas de ser un infiel al pronunciar esas absurdidades blasfematorias e irrespetuosas. Después agregó: Las sandalias, los cabellos, y cosas parecidas, tienen que ver con alguien como tú y no con Dios. El quería hacer entender al pastor ignorante: Cómo tales palabras pueden ser dirigidas al Muy Alto? Dios no tiene necesidad de tales servicios. A quién crees que estás hablando? A uno de tu familia? Cumplir tales tareas puede ser valedero y meritorio frente a otro como tú, y no frente a la santidad de Dios, que es el Creador y que no ha sido creado como nosotros lo hemos sido. Oh, hombre ignorante ! tus pseudo plegarias son irreverentes y perjudiciales a la pureza de tu alma.

Cuando el pastor escuchó esos reproches viniendo de un profeta de Dios, profundamente avergonzado, se arrepintió por las blasfemias que había proferido. Luego, con el corazón quemante de dolor, desgarró sus vestiduras y huyó al desierto.   Fue entonces cuando Moisés recibió una revelación que venía de Dios:    Tú has alejado de Mí a Mi devoto!  Has sido enviado para conducir a los hombres a la Unión, o para empujarlos en el camino de la separación de Dios y del desequilibrio? Yo he otorgado a cada uno una manera particular de comportarse y una manera personal de expresarse. Lo que para uno es meritorio, puede ser censurable para otro. A cada cual sus prácticas y costumbres. El amor de Dios está más allá de toda pureza o impureza. Yo no he ordenado la adoración de lo divino para tener un beneficio personal, pues Mi amor es una gracia que concedo a los que me aman. Su glorificación no agrega nada a Mi gloria; son ellos lo que devienen benditos y glorificados por esta gracia. Debes saber que Yo no contemplo la forma exterior de los discursos sino lo que ellos ocultan en su interior. Poco importa que las palabras pronunciadas sean poco respetuosas si el corazón es humilde y puro, pues el corazón es la sustancia que es el solo objeto de Mi atención. Yo deseo un corazón ardiente y no palabras y conceptos. Alumbra un fuego de amor en tu alma, Moisés, y quema toda expresión y todo pensamiento. Porque preocuparse de la forma exterior de las convenciones y de las prácticas es una cosa, privilegiar a aquellos cuyo ser interior arde de amor, es otra.

ElAmorEsElCamino-2El credo de amor precisa Rumi está más allá de todas las religiones. Para los verdaderos amantes, la sola religión, la sola fe es Dios. Moisés, presa de remordimientos, pero transportado fuera de sí porque Dios iluminó su corazón con misterios divinos, partió a la búsqueda del pastor para hacerle saber que él podía adorar a Dios como su corazón ardiente lo deseara y que su aparente blasfemia era en el hecho una religión verdadera. Cuando lo encontró y se lo dijo, el pastor exclamó que él había sobrepasado tales preocupaciones y que estaba sumergido desde ahora en el amor divino. El pastor agregó que el impacto de los reproches que Moisés le había dirigido, lo había propulsado más allá del cielo, y que había alcanzado un estado que las palabras no podrían jamás expresar.

 

Rumi termina la historia aconsejándonos no olvidar que la imagen que se contempla en un espejo no es otra que nuestra propia imagen reflejada en él, y no la imagen del espejo.

En lo que a Dios se refiere insiste Rumi -, cualesquiera sean las palabras utilizadas para glorificarlo, siempre serán tan inadecuadas y poco convenientes como las del pastor de la historia. Si pudiéramos ver las cosas tal como son en realidad, lo comprenderíamos inmediatamente. Así, burlarse o rechazar la adoración que otro profesa a Dios, es dar prueba de arrogancia y de ignorancia.

Esta historia es notable en varios puntos: se puede encontrar allí una descripción de la esencia de la búsqueda espiritual del hombre. Rumi nos dice tres cosas: primero, que las solas condiciones necesarias en el camino hacia Dios son el amor y la sinceridad. Segundo, que aquellos que conciben la espiritualidad a través de otro camino que el amor, como Moisés en esta historia, provocan inevitablemente desorden y conflicto en el mundo. Tercero, que el lenguaje del amor es el más profundo y mucho más universal que cualquier otro lenguaje conocido del hombre. Es verdad que Moisés era un profeta de Dios, pero aún para él, le era indispensable estar iniciado a los misterios del amor a fin de comprender el lenguaje del pastor.

Pero cómo alcanzar un tal estado de amor? En relación a esto, los sufíes citan el verso coránico: Dios ama a los hombres, después los hombres aman a Dios (V. 54), para mostrar que el amor de Dios debe siempre preceder al nuestro. En tanto que Dios no ame a un devoto y no se acuerde de él, será difícil para este recordar a Dios y amarlo. Al mismo tiempo, los sufíes citan la tradición sagrada que dice: Mi devoto se acerca más y más a Mí, acordándose de Mí, hasta que Yo lo amo. Y cuando Yo lo amo, él ve con Mis ojos, escucha con Mis orejas, habla con Mi lengua, coge con Mis manos y camina con Mis pies. Es decir, aunque el amor de Dios debe siempre preceder al nuestro, nosotros debemos sin embargo invocar su nombre y recordarlo, tanto como sea posible, si queremos atraer su atención sobre nosotros.

Para los sufíes, los seres humanos aprenderán en último término cómo amar, practicando el recuerdo de Dios. Recordar a Dios es desapegarse del ego a fin de dejar a Dios tomar posesión del ser; desembarazarse del egoísmo y del egocentrismo y servir a la humanidad sin esperar nada en cambio.

Desgraciadamente, vivimos en una época en la que la mayor parte de la gente recuerda más las canciones de moda, las imágenes publicitarias y las seriales televisivas que a Dios. Todos los valores de nuestra sociedad actual están al servicio de la promoción del ego y de sus ídolos. Los hombres ya no son idólatras en el sentido tradicional del término, pero los ídolos antiguos han sido simplemente reemplazados por nuestros bienes materiales y por individuos. Nuestro objetivo no es realizar a Dios en nosotros mismos, alcanzar los atributos divinos, sino satisfacer nuestros deseos y acumular cada vez más. Entonces, no es sorprendente ver cómo se acrecientan los conflictos nacionales, regionales y étnicos en cada rincón del mundo. Es posible que, más que en cualquier otra época, la falta de armonía exterior en el mundo refleje la falta de armonía interior en cada individuo. Esto se deriva del deseo elemental insatisfecho de los hombres que es el de amar y de ser amados. Hemos olvidado como amar y hemos perdido de vista la Unicidad de la Existencia porque en nuestra vida cotidiana nos hemos olvidado cómo recordar a Dios.

Javad Nurbakhsh

Traducido y extractado por Carmen Bustos de
Dr. Javad Nurbakhsh.- Sufism and Psychoanalysis

Más información:
Shah, Omar Alí.- Sufismo Hoy.- Ediciones Sufí
Shah, Omar Alí.- Sufismo en Occidente.- Editorial Sufí

 

 

El Vacío en el Arte Islamico

El Vacío en el Arte Islamico

arte islamLa prohibición de la imagen, en el Islam, se limita a la imagen de la divinidad; ella se sitúa en la perspectiva del Decálogo, o más exactamente del monoteísmo abrahámico que el Islam renueva. Este monoteísmo se opone directamente al politeísmo idólatra (1), de manera tal que la imagen plástica de la divinidad se presenta, según una dialéctica a la vez histórica y divina, como la marca del error que asocia lo relativo a lo absoluto, lo creado a lo no creado, sometiendo lo primero a lo segundo.

La negación del ídolo, o mejor dicho su destrucción, es la traducción concreta del testimonio fundamental del Islam. La fórmula lá ilaha illa-Llah (no hay otra divinidad que Dios), domina todo y consume todo a la manera de un fuego purificador. La negación del ídolo, efectiva o virtual, tiende a generalizarse: es así como se evita representar a los enviados divinos, rusul, a los profetas, anbiya, a los santos, awliya, no sólo porque sus imágenes podrían convertirse en el objeto de un culto idólatra, sino también por respeto a lo inimitable que hay en ellos. Ellos son los vice-regentes de Dios en la tierra y es por ellos que la naturaleza teomorfa del hombre se vuelve manifiesta; pero este teomorfismo es un secreto cuya aparición en el mundo corporal sigue siendo incomprensible. La imagen inanimada y estereotipada del hombre divino no sería más que una envoltura, un error, un ídolo. Incluso en el medio sunita árabe, se retrocede frente a la representación de cualquier ser vivo por respeto al secreto divino contenido en su creación (2).

Y si la prohibición de la imagen no es tan general en otros grupos étnicos, no es menos observada por todos aquellos que forman parte del cuadro litúrgico del Islam: el aniconismo (3) es en cierta forma coextensivo de lo sagrado, siendo uno de los fundamentos, si no el fundamento del arte sagrado del Islam. Esto puede parecer paradojal, ya que el fundamento de un arte sagrado es el simbolismo; en una religión que se expresa con símbolos antropomorfos, el rechazo a la imagen parece socavar la raíz de cualquier arte visual de carácter sagrado. Sin embargo, es necesario tener en cuenta todo un juego de compensaciones sutiles
y principalmente esto: un arte sagrado no está hecho necesariamente de imágenes, incluso puede ser sólo la exteriorización existencial, por decirlo así, de un estado contemplativo y en ese caso, no reflejará ideas pero transformará cualitativamente el ambiente, integrando un equilibrio espiritual cuyo centro de gravedad es lo invisible.

El Camino de Consumación

El Camino de Consumación

El autor, Sheikh de la Orden Mevlevi, es fundador, director y representante de Threshold Society en U. S. A. En 1996 visitó Chile para formar un grupo de derviches Mevlevis.

Se presenta como primicia la traducción de un capítulo de su próximo libro, que se titulará The Knowing Heart.

Una espiritualidad adecuada a nuestros tiempos debe basarse, antes que nada, en la realidad de la consumación humana propiamente tal. Si por el contrario se basa en cualquier interpretación parcial del aspecto humano, será insuficiente. Por mucho que busquemos cómo complementar esta insuficiencia, si el punto de partida es cualquier cosa menos que la cabalidad del ser humano, el resultado sólo será una versión distorsionada del aspecto humano.

El Sufismo puede considerarse como un camino de consumación en dos sentidos fundamentales. Primero, es una vía que viene de, y lleva a, la consumación humana, el Ser Humano Completo (Insani Kamil). Segundo, es una vía integrada que usa todos los medios efectivos posibles para orquestar la transformación de un ser humano. Estos dos factores – lo completo del método y lo completo del resultado – son de la mayor importancia.

Lo completo del método
Lo completo del método Sufi se deriva de lo cabal que es su percepción de la naturaleza humana. La forma en que un ser humano será transformado dependerá de nuestra comprensión de lo que el ser humano es y de lo que está diseñado para ser.

El Ser Humano Completo no puede ser vislumbrado desde la perspectiva del ser humano promedio; ni es adecuadamente teorizado o descrito por la ciencia, o la sociología, filosofía, o psicología; es entregado por el Creador del ser humano. Es una propuesta proveniente del Corazón de la Naturaleza a través de su acción reveladora. Cuando la Naturaleza produce su fruto final, éste es el Humano Completo, quien habla con la voz de la inteligencia de la propia Naturaleza, describiendo los atributos de la Consumación. Lo que podemos saber acerca del aspecto humano proviene de aquellos que se han perfeccionado y tienen un oído capaz de escuchar la voz del Poder Creativo.

Dinámica de la Fuerza

Dinámica de la Fuerza

La experiencia de paz y el pasaje de la Fuerza

1.- Relaja plenamente tu cuerpo y aquieta la mente. Entonces imagina una esfera transparente y luminosa que, bajando hacia ti, termina por alojarse en tu corazón. Reconocerás al momento que la esfera deja de aparecerse como imagen para transformarse en sensación dentro del pecho.

2.- Observa cómo la sensación de la esfera se expande lentamente desde tu corazón hacia fuera del cuerpo al tiempo que tu respiración se hace más amplia y profunda. Al llegar la sensación a los límites del cuerpo puedes detener allí toda operación y registrar la experiencia de paz interior. En ella puedes permanecer el tiempo que te parezca adecuado. Entonces haz retroceder esa expansión anterior (llegando, como al comienzo, al corazón) para desprenderte de tu esfera y concluir el ejercicio calmo y reconfortado. A este trabajo se le llama experiencia de paz.

3.- Pero, en cambio, si quisieras experimentar el pasaje de la Fuerza, en lugar de retroceder en la expansión deberías aumentarla dejando que tus emociones y todo tu ser la sigan. No trates de poner tu atención en la respiración. Deja que ella actúe por sí sola mientras sigues la expansión fuera de tu cuerpo.

4.- Debo repetirte esto: tu atención, en tales momentos, debe estar en la sensación de la esfera que se expande. Si no puedes lograr esto conviene que te detengas y lo intentes en otra oportunidad. De todas maneras, si no produces el pasaje podrás experimentar una interesante sensación de paz.

5.- Si, en cambio, has ido más lejos comenzarás a experimentar el pasaje. Desde tus manos y otras zonas del cuerpo te llegará un tono de sensación diferente al habitual. Luego percibirás ondulaciones progresivas y al poco tiempo brotarán con vigor imágenes y emociones. Deja entonces que se produzca el pasaje…

6.- Al recibir la Fuerza percibirás la luz o extraños sonidos dependientes de tu particular modo de representación habitual. En todo caso, será importante la experimentación de la ampliación de la consciencia. Uno de cuyos indicadores deberá ser una mayor lucidez y disposición para comprender lo que ocurre.

El Sufismo

El Sufismo

Origen del Sufismo:

El Sufismo se origina en la tercera época de los Jalifas Abbasíes, en plena edad media.
En sus principios fue perseguido encarnizadamente por la rama ortodoxa islamita, llegando incluso al martirio de sus seguidores y aún, como en el caso de Al Hallaj, a la cruxifixión (año 922).

Las conclusiones acerca del origen de la palabra sufí son variadas, pero la mayoría coincide en que este término se adoptó porque los seguidores de esta doctrina usaban vestiduras de lana blanca (suf). Esta especie de túnica talar los diferenciaba de los musulmanes con sus ropajes negros. Más tarde el uso del color blanco fue abandonado.

Las fuentes de donde proviene esta disciplina mística son inciertas, y es muy extraño que haya venido a instalarse en el islamismo, el que desde el comienzo de su creación ha sido la menos mística de las religiones. Entre las teorías planteadas se supone que haya sido traído de la India; que no sea más que una parte de las doctrinas de Zoroastro; que se haya originado simplemente en la filosofía de la antigua Grecia, y, por último, que el movimiento ascético místico del Sufismo esté inspirado en el primitivo cristianismo, como lo sostienen algunos estudiosos.

Aunque todas estas teorías se aproximan en alguna forma, no ha sido posible confirmarlas, pero sí puede hablarse con certeza de las distintas influencias perceptibles en la doctrina sufí:

a)  Influencia del cristianismo. Se evidencia que las tendencias ascéticas y quietistas del Islam armonizan con la teoría cristiana, y se alimentan y nutren en ella. En los escritos sufíes son importantes las citas de los Evangelios y la presencia de muchos dichos apócrifos de Jesús en las biografías sufíes más antiguas.

b) Influencia del Neoplatonismo. Aristóteles fue una figura dominante en la filosofía islamita a través de los comentarios de los neoplatónicos. También fue muy difundida la Teología de Aristóteles, de la cual apareció una traducción árabe en el siglo IX.

c) Influencia del Gnosticismo. Hay testimonios del contacto del Sufismo con el Gnosticismo cristiano, el que se define a sí mismo como la ciencia del conocimiento de Dios.

d) Influencia del Budismo. Más tardíamente, con la conquista de la India por los musulmanes en el siglo XI, las enseñanzas de Buda ejercieron considerable influjo en la Persia Oriental; de ellas los sufíes aprendieron el uso del rosario para orar, y hubo algunas contribuciones importantes al método sufí de auto-educación ética, meditación y abstracción mental. A juicio de algunos, la concepción sufí de arrobo o aniquilación (faná), que es la anulación del yo individual en el Ser Universal, procede de la India.

Qué es el Sufismo ?

Aunque hay numerosas definiciones en los libros persas o arábigos que nos ofrecen cierta aproximación histórica, hay una que lo define exactamente: el Sufismo es una cosa indefinible.

El célebre poeta Yalal Eddin Rumi, fundador de los Maulawi o derviches danzantes, quien consagró su vida
a la música, danza y poesía, escribió un cuento que nos servirá para entender lo indefinible del Sufismo:

Unos indúes mostraban un elefante en una habitación oscura. Se congregó mucha gente para verlo, pero, como la habitación estaba envuelta en densas sombras, nadie podía ver nada. Entonces los espectadores
lo palparon a fin de hacerse una idea de lo que era un elefante. Tocó uno la trompa y dijo que se parecía a
un caño; otro palpó la oreja y concluyó diciendo que era un abanico; otro pasó su mano por una pierna y afirmó que era una columna; otro palpó el lomo y declaró que era un trono, aún otro cogió su cola y aseguró que era un plumero para espantar moscas. Así pasa con los que pretenden definir el Sufismo. Sólo aciertan a expresar lo que han sentido, y no se puede concebir una fórmula que comprenda todos los matices del íntimo y personal sentimiento religioso.

Hay modelos que ilustran brevemente aspectos y características del Sufismo: que le acontezcan a uno acciones que sólo Dios conoce y que esté siempre con Dios de una manera que sólo Dios conoce. Todo el Sufismo es una autodisciplina; no es un sistema de reglas y preceptos, sino una disposición conforme al dicho.Formaos en el molde de la naturaleza moral de Dios, y eso no se alcanza ni con reglas ni con ciencias.

El Sufismo es libertad, generosidad, dejar de violentarse y reprimirse. El Sufismo es apartar lo que tienes en la cabeza, dar lo que llevas en las manos, y no rehusar nada que te acaezca. El Sufismo es que Dios te haga morir en tí mismo a fin de que vivas en El.

Los sufíes no constituyen una secta, no poseen un sistema dogmático. Las tariqas, o sea los senderos que recorren en busca de Dios, son tantos como las almas de los hombres, al decir del Qorán. La doctrina sufí, o su sistema práctico en busca de la verdad (al Haqiqa), es examinar el alma y pedirle rendición de cuentas y confesión por todo cuanto había hecho antes y después de entrar al camino de la Perfección; el abandono de sí mismo y de sus creencias erróneas, y seguir una conducta moral.

El Lenguaje en la Literatura Sufi

Los sufíes emplean un lenguaje propio, tanto en sus tertulias como en su literatura. Sus términos son claves que aplican en sus diálogos habituales o en las discusiones en que analizan su marcha en la senda de ascensión de grado en grado. Dedican ciertas horas de sus pláticas a explicar el alcance de su lenguaje simbólico y su aplicación según las circunstancias. Usan algunas palabras que se encuentran en los libros ya conocidos y al alcance del lector, y de la gente que asiste a sus tertulias de carácter profano, mientras que otras palabras están vedadas y ocultas, y hasta hoy constituyen un secreto no revelado. Esto explica las dos formas disciplinarias en su culto: una exotérica y la otra esotérica. De todas las órdenes religiosas del Islam, los sufíes son los únicos que crearon un lenguaje o términos simbólicos convencionales propios, con intenciones ocultas. Expondremos algunos ejemplos:

Para los poetas sufíes, la doncella de ojos negros es la Divinidad. La taberna, o masgid es el templo del fuego, o sea, la primera etapa del neófito. El vino con el cual se embriagan, simboliza la Verdad que los hace conocer al Dios Unico y Verdadero. La copa es el cosmos o el corazón del sufí, puesto que ambos contienen el vino de la Verdad. De ahí que la embriaguez que cantan los sufíes sea simplemente el éxtasis producido por la fe religiosa, la contemplación y el misticismo ascético. En ningún caso se trata de lo que comúnmente llamamos embriaguez. Como se puede ver por este ejemplo, la esencia del Sufismo está encubierta por el lenguaje metafórico.

El Yo Universal

Todo el Sufismo descansa en la creencia de que cuando uno se pierde a sí mismo, se encuentra en el Yo Universal, o que el éxtasis ofrece la única manera que el alma posee para comunicarse directamente con Dios y unirse a El. Para expresar esta idea fundamental del éxtasis, los sufíes emplean varias metáforas, como la palabra faná, que significa anulación, desvanecimiento o muerte. El faná comprende varias etapas que pueden resumirse así:

a) Transformación moral del alma mediante la extinción de todas las pasiones y apetitos.

b) Una abstracción mental o desvanecimiento de la mente, apartándola de todos los objetos de percepción, pensamiento, acciones y sentimientos, por virtud de la concentración en el pensamiento de Dios.

c) La cesación de todo pensamiento consciente. Se alcanza la suprema etapa del Faná cuando desaparece hasta la noción de haberlo alcanzado. Esto es lo que los sufíes llaman el tránsito del tránsito, o sea,
faná del faná.

La Búsqueda de Dios

Se puede decir que el sufí que emprende la búsqueda de Dios se denomina a sí mismo un viajero (salik),
o sea un iniciado, que avanza por lentas etapas o jornadas (maqamat) a lo largo de un sendero (tariqat) hacia una meta que consiste en la unión o identificación con la Realidad (Faná fil Haqq).

En el Kitab al Lumá, el más antiguo tratado de Sufismo, vemos expuesto el Sendero, que consta de siete etapas o jornadas:

a) Arrepentimiento.
b) Abstinencia.
c) Renunciación.
d) Pobreza.
e) Paciencia.
f) Confianza en Dios.
g) Satisfacción.

Estas jornadas constituyen la disciplina ascética y ética del sufí, y deben ser cuidadosamente diferenciadas de los llamados estados (ahwal), que no pueden ser adquiridos por el esfuerzo como es el caso de las jornadas, sino que son disposiciones y sentimientos de orden espiritual que no dependen de la voluntad humana, porque descienden de Dios. Estos estados son diez:

a) Meditación.
b) Acercamiento a Dios.
c) Amor.
d) Temor.
e) Esperanza.
f) Aspiración.
g) Intimidad.
h) Serenidad.
i) Contemplación.
j) Certidumbre.

El Sendero del sufí no se acaba hasta que no haya logrado recorrer todas las jornadas y alcanzado la perfección en cada una de ellas, y hasta que no haya experimentado todos los estados espirituales que a Dios le plazca otorgarle. Sólo entonces habrá logrado elevarse de manera permanente a los planos superiores de consciencia, que los sufíes llaman gnosis, donde el investigador (Talib) se convierte en conocedor o gnóstico (Arif) y se percata que el Conocimiento, el Conocedor y lo Conocido son Uno.

El Sufismo Moderno

El Sufismo es una doctrina que viene acompañando al hombre por un milenio, y aunque su origen fue árabe, y en este artículo nos hemos referido preferentemente al Sufismo oriental, éste no pertenece a ninguna raza ni religión determinada. Al hombre que practica esta doctrina podemos llamarlo: brahamanita, budista, hebreo, gnóstico, místico cristiano o sufí islamita.

En este mundo convulsionado actual, donde se hace notorio el predominio de la materia por sobre el espíritu, la presencia del sufismo moderno, entre otras ideologías, contribuye a suavizar las ambiciones desmedidas y la crueldad despiadada, a la vez que ofrece un sendero real, profundo y lleno de propósito, que puede conducir al hombre a la realización de un destino espiritual. Es necesario el retorno del hombre a las fuerzas vivas del espíritu, al reencuentro de su verdadero Ser. La difusión en occidente de esta corriente moderna del Sufismo comenzó con el maestro G. I. Gurdjieff, quien con la experiencia adquirida en sus continuos viajes de estudio de doctrinas esotéricas, vino desde Rusia a occidente trayendo una nueva enseñanza: el Sufismo.

Gurdjieff abrió el Instituto para el Desarrollo Armonioso del Hombre en Tiflis, más adelante creó Centros de Estudios en Constantinopia, Berlín y Londres, y en 1922 se estableció en Francia, en el Chateau de la Prieuré en Avon, cerca de Fontainebleau. En este castillo vivieron los alumnos y discípulos del maestro. Sus métodos atrajeron la atención general, gran publicidad y muchos adherentes. No había ritual o cursos fijos; los discípulos debían seguir las instrucciones al pie de la letra, estudiar a fondo los escritos de Gurdjieff y aprender los complejos ejercicios de danzas y posturas. A medida que la enseñanza progresaba, era notorio que gran parte de la filosofía se basaba en el ritual oriental, y el mismo Gurdjieff hacía referencias a las prácticas derviches. Sus principales discípulos fueron P. Ouspensky y J. G. Bennett, quienes, además de varios otros, difundieron su enseñanza a través de una nutrida literatura.

Poco después de fallecido Gurdjieff, en 1949, apareció Idries Shah, hijo de un sabio afgano, descendiente directo del profeta Mahoma, y que fue educado en Inglaterra donde reside actualmente. Es Director de estudios del Institute for Cultural Research organismo consagrado a la investigación en antropología cultural, y Jefe actual de la comunidad sufí de la línea de los Sayeds de Pagham, la que ha dado al sufismo de Asia Central durante ocho siglos numerosos maestros de excelencia. El procuró hacer accesible a occidente la enseñanza moral y espiritual del Sufismo traduciendo antiguos textos con analogías, parábolas, apólogos, proverbios, historias, que encierran mensajes de agudo conocimiento del hombre y de la vida.

A quienes buscan el Conocimiento les parece extraño, y un poco pueril, que los hagan leer historias. Según Shah: La historia-enseñanza es capaz de una acción directa que actúa sobre la parte más profunda del
ser humano, donde no llega ni el intelecto ni la emoción, estableciendo una comunicación que va más allá de las limitaciones habituales. Es otra percepción, un modo de aprehensión global de la realidad, sobrepasando las limitaciones del pensamiento lineal como también las fronteras del tiempo.

ldries Shah tiene un hermano menor, Omar Alí Shah, quien tiene a su cargo la tarea de visitar e instruir los grupos sufíes en la línea de Shah que existen en las principales ciudades del planeta. El grupo más importante de América Latina está en Buenos Aires.

Así también el maestro sufí de la India, Pir Zade, introdujo en Europa el Sufismo de la India musulmana. Refiriéndose a la influencia del Sufismo en el mundo actual, él expresa: En todas las religiones existe una esencia común, inmanente a los dogmas y a los ritos, que corresponde a una tendencia profunda del alma humana. Esta tendencia no puede ser conocida sino dentro de una experiencia espiritual que libere y una al mismo tiempo. El Sufismo se arraiga en una tradición que está dispuesta a ser siempre reavivada como un eterno Presente, y que, al mismo tiempo, se adelanta al encuentro de las necesidades religiosas propias del hombre moderno. El Sufismo requiere conocimiento histórico y teológico de las religiones comparadas; busca el sentido profundo de las fórmulas y ceremonias; puede abrir el espíritu a nuevas concepciones del universo y a nuevas formas de relaciones humanas, pero, por sobre todo, supone la existencia de una Consciencia, testimonio de los místicos y maestros.

La Medítación en el Sufismo

El tipo de meditación que se intenta en el Sufismo es el samadhi, que es el despertar desde la consciencia habitual en la que la mayoría de las personas está atrapada. Nuestra condición de vigilia a la que llamamos estar despiertos no es sino una clase de sueño. Hay un despertar donde la persona aleja su consciencia del plano físico, siendo capaz de ver más allá de las cosas porque está en otro plano de consciencia. Entre los sufíes se habla de estar despierto durante cada día de la vida, por eso la práctica de la meditación es un esfuerzo para lograr ese despertar.

El derviche, que es el sufí más típico, es el que ha permitido que su mente esté totalmente abierta para encarar el significado de las cosas. Esto no es fácil, ya que, por lo general, nos protejemos constantemente del significado profundo de las cosas por medio de nuestros conceptos filosóficos y nuestras construcciones mentales. Esto se produce a causa de que nuestro computador mental es incapaz de enfrentar el poder de la verdad. Así podemos decir que es sufí aquel cuya mente ha sido abierta y cuyo corazón ha sido roto. Ama profundamente al único ser a quien cualquiera debe amar siempre, es decir, Dios. Es aquel ser que cada amante ama en el amado. De algún modo, en la profundidad del alma hay una inmensa nostalgia por lo que los sufíes llaman el Verdadero Ser de quien somos proyección en la Tierra.

La meditación es un proceso de descubrimiento personal. Es en sí un proceso creativo, parte del significado de la vida. El derviche ha llegado a ser sensible al sufrimiento de todos los seres. Esa sensibilidad transforma el corazón de un ser en el corazón del universo.

Según Pir Vilayat Khan, la meditación sufí consta de algunos pasos en su búsqueda de lo que hay detrás de la apariencia. Primero se produce un estado de locura, cuando uno descubre el prodigio de todas las cosas creadas. Los sufíes lo expresan así: la realidad física, o existencia, es un velo sobre el rostro del Amado. Usan a menudo la palabra amor porque se centran más en el amor que en el entendimiento, o, dicho de otro modo, ellos poseen el entendimiento del corazón, característica común a todos los místicos.

Siempre se refieren a la meditación como a una práctica de cada día de la vida. La vida cotidiana es una hermosa oportunidad para que meditemos, no es necesario retirarse del mundo ni encerrarse en una celda. El sufí encuentra en la meditación una pérdida de las fronteras de sí mismo, porque su ego ha sido profundamente aniquilado. Como consecuencia de ello, se experimenta como el sí mismo de todos los seres, lo que le da una visión completamente diferente de las cosas, sin las limitaciones de un punto de vista individual.

En conclusión, podemos decir que el sufí pasa por un tipo de crisis en que ve la Realidad más allá de él y siente que debe dejar de poner límites a la Consciencia de Dios que está pasando a través de él. La actitud del sufí es Yo soy los ojos a través de los cuales Dios ve. Es como si hubiera una consciencia mayor manifestándose a través de nuestra propia consciencia. Esto nos permite entender que hay varias capas de ser, y que la más elevada que uno logra es la más cósmica de ellas y la menos individual. Puede decirse que a cierto nivel uno puede observar su propia consciencia como si fuera la consciencia universal observando a la consciencia personal, la cual sólo es una parte de ella. Al Hallaj dice: mientras seas consciente de tu yo individual, sólo puedes pensar en tí mismo como un instrumento de la mirada divina; pero una vez que eres aniquilado, tú eres la mirada divina. Esto es despertar. Después de la aniquilación se sobrevive, pero transfigurado.

Patricia Zárraga

Más Información:
Bonaud, Christian.- Introducción al Sufismo.- Paidós
Guraieb, José E.- El Sufismo en el Cristianismo y el Islam.- Kier
Shah, Omar Alí.- Sufismo Hoy.- Editorial SUFI