Aproximadamente un día más tarde, después del té, fui a descansar a mi habitación. La postura física de acostarme boca arriba pudo haber aumentado el sentimiento de desaliento; el hecho es que estaba a punto de abandonar, cuando tomé y abrí el Pilgrims Progress, y leí:

Entonces vi que todos prosiguieron, salvo Cristián que se retrasó, y no siguió hablando sino consigo mismo, a veces entre suspiros, a veces confortablemente; también leía a menudo el Pergamino que uno de los iluminados le había dado, con lo que se reanimó.

Vi entonces que todos continuaron hasta llegar al pie de una Colina, en cuya base corría un Manantial. También en el mismo lugar había dos caminos además del que venía directamente del Portón; uno doblaba a la izquierda, el otro a la derecha al pie de la Colina; pero el camino estrecho conducía directamente a la Colina (y el nombre del que subía por el costado de la Colina es Dificultad). Cristián fue ahora hacia el Manantial y bebió de él para refrescarse, y luego comenzó a subir la Colina, diciendo:

Esta Colina, aunque elevada, deseo subirla;
La dificultad no me perturbará;
Pues percibo que el camino de la vida está aquí;
Ven, Corazón, anímate; no te desalientes y temas;
Aunque difícil, éste es el camino correcto.
Mejor que el equivocado, que es fácil, donde al final está la aflicción.

Los otros dos también llegaron al pie de la Colina. Pero viendo que ésta era empinada y alta, y que había otros dos caminos, suponiendo que podrían encontrarse nuevamente con el que Cristián había tomado, al otro lado de la Colina, resolvieron ir por esos caminos (el nombre de uno de ellos es Peligro y el otro Destrucción). Entonces uno tomó el camino que se llama Peligro que lo condujo a un gran Bosque; y el otro tomó el camino Destrucción, que lo condujo a un vasto campo lleno de obscuras Montañas, y cayó para no levantarse más.

Miré entonces hacia Cristián, que subía la Colina, donde dejó de correr para caminar, y luego de caminar para arrastrarse sobre las rodillas, debido a lo empinado del lugar. A mitad de camino, hacia la cima de la Colina había una agradable Glorieta, hecha por el Señor de la Colina, para que los Viajeros fatigados se refrescaran.