Poner fuerza en el koshi y empujar la barbilla hacia dentro no quiere decir que uno deba poner la misma cantidad de fuerza en esto último que en el koshi, sino que uno debe mantener los músculos del cuello bajo control. Si uno trata solamente de empujar la barbilla hacia dentro sin poner atención al koshi y a la boca del estómago, el pecho sobresale involuntariamente. Cuando el pecho se adelanta, los músculos abdominales son tirados hacia arriba y toda la musculatura del cuerpo es desplazada. La fuerza del koshi decae. En esta mala postura no es saludable vigorizar el bajo vientre en forma forzada. Porque el koshi, como base del tronco es también la base del cuerpo entero, combina sin dificultad la fuerza puesta en él con la fuerza puesta en los músculos del cuello. Para expresarlo de manera diferente, uno debe crear desde el koshi la fuerza que mantiene los músculos del cuello bajo control.

Porque en las condiciones ya dichas el cuello y el tronco son verdaderamente uno, los músculos cervicales no sufren distorsión ni acalambramiento, la cabeza parece como si explotara desde el tronco, como si estuviera suspendida en un espacio vacío. Cuando la fuerza del cuello se incorpora a la del tanden y cuando la cabeza está integrada a la musculatura total del cuerpo, la cabeza se siente como si estuviera ligeramente flotando sin que importe de qué manera uno la mueva.

Los hombros son la parte más movible del tronco. Por eso pueden distorsionar muy fácilmente la postura del cuerpo total. En la práctica de la postura correcta los hombros pasan a ser muy importantes. Es esencial dejar caer los hombros. La verdadera forma del cuerpo sólo puede estar representada cuando los hombros están relajados y uno mismo se desliza dentro del koshi. Hundir el cuello y levantar los hombros es adherirlos entre sí transformándolos en un mero objeto, lo que hace que uno caiga en una dimensión de vida inferior a la que le corresponde. La mayor parte de la gente débil mantiene sus hombros levantados. Cuando uno está asustado o sobresaltado alza involuntariamente los hombros. Aquel cuyos hombros no se alzan al ser sobresaltado sino que guarda su energía en el bajo vientre con certeza ha practicado.