La diferencia entre racional y emotivo ha sido la característica del el hombre desde los inicios de nuestra era. Basta citar la polaridad sostenida por la estética clásica griega que nombraba como apolíneo a todo aquello que dignificaba la virtud y la verdad, valores de la razón humana y dionisíaco a todo aquello donde la emotividad aparecía acentuada y daba paso directo a la pasión desequilibrada. Esta polaridad de contrarios en constante conflicto, conocida por el hombre desde la antigüedad, hoy posee fundamento desde las investigaciones realizadas en enfermos con serios daños cerebrales.
El desarrollo de la neurocirugía ha abierto otros caminos, permitiendo elaborar nuevos métodos y técnicas. Para poder determinar los límites de una lesión, los cirujanos estimulan a veces el cerebro aplicándole un ligero electroshock durante la operación. Como la mayor parte de las operaciones del cerebro se realizan bajo anestesia local, el médico – que necesita conocer el estado del paciente durante las diversas fases de la operación – puede hablarle y saber lo que siente con dicho estímulo.
En el caso de los enfermos de epilepsia, se desea impedir a toda costa que la enfermedad se propague de un hemisferio a otro. Se usa entonces la comisurotomía o split brain, en que se seccionan todas las fibras nerviosas que unen los dos hemisferios, las que están situadas en el cuerpo calloso. Con ésto, ambos hemisferios quedan funcionando en forma independiente. Al no estar unidos, el paciente tiende a reaccionar con sólo uno de ellos, caracterizando toda la gama de posibilidades con que cada hemisferio habilita la acción del hombre.
Después de efectuada la operación de corte del haz de fibras nerviosas que une los dos hemisferios, la capacidad lingüística del paciente queda prácticamente perturbada, aunque se mantiene la autoconsciencia general del sujeto. Esto va acompañado de la inconsciencia de cuanto acontece en el hemisferio derecho.
Se ha formulado la teoría de que en las personas normales los contenidos del hemisferio derecho sólo alcanzan la consciencia luego de ser transmitidos al hemisferio izquierdo. Pero el tráfico no es unidireccional. Los 200 millones de neuronas que cruzan de un lado a otro llevan una impresionante cantidad de información en ambos sentidos.