La Gimnasia Psicofísica.

En torno al Centenario de los juegos Olímpicos realizados en Atlanta, la humanidad nuevamente plasma su máxima expresión en el deporte -su práctica y su férrea disciplina por alcanzar las mejores metas- y en la cultura física en general.

Ello no requiere mayores prolegómenos para su presentación. Sin embargo, como señalaba el Sat-Gurú Serge Raynaud de la Ferrière (*), a veces un punto queda por abordar, la razón por la cual el interesado se aplica a tales disciplinas. En todas partes los jóvenes que practican los ejercicios con espíritu deportivo, con el objeto de preparar el organismo a su desarrollo normal, hasta los adultos que están obligados a sujetarse a una disciplina de cultura física para compensar su falta de ejercicio, todo ese tropel de personas que practican la cultura física, jamás la asocian a lo espiritual.

El Dr. Serge Raynaud de la Ferrière concibió la Gimnasia Psicofísica en 1948, y la presentó públicamente en los diversos continentes que recorría, uniendo en la vanguardia las más remotas tradiciones y propiciando así el desarrollo integral del ser humano. Sobre la Yoga se ha escrito una gran cantidad de libros, tanto por orientales como por occidentales, lo mismo que ha sido más o menos traducida una buena cantidad de obras y artículos de los yoghis de renombre. He pensado que podría ser interesante ofrecer un texto sobre la Yoga, vista por un occidental que la ha estudiado y practicado.

Él no ha pretendido crear un método radicalmente nuevo, pues los ejercicios de Gimnasia Psicofísica son, en su mayoría simples y de uso corriente en otros métodos. Es principalmente el enfoque dado a la Gimnasia que lo distingue de los demás, destacándose por el hecho de dirigirse hacia la salud integral del individuo que la practica, a través del desarrollo del equilibrio físico y psíquico.

La Gimnasia Psicofísica está basada, en su mayor parte, en las flexibilizaciones y automasajes de la Hatha Yoga. Todos los movimientos rítmicos que en ella se realizan son expresiones dinámicas de posiciones estáticas del cuerpo, llamadas asanas en la Hatha Yoga. La coordinación entre el movimiento corporal y la respiración exige una concentración de la atención que permite una vivencia del equilibro psicofísico y del autodominio.

Existen actos físicos que repercuten sobre el psiquismo y viceversa, porque el hombre es un ser inseparablemente psicosomático. A través de la Gimnasia Psicofísica, con un énfasis dado a la respiración, con un trabajo usando la elasticidad muscular inherente a la alternancia de tensión y relajación, propia de los ejercicios, el cuerpo entero se purifica y fortalece, reflejándose tal proceso sobre la voluntad y la mente: de ahí la razón de su nombre. Ella prepara para la Hatha Yoga porque es también un precioso auxiliar en la espiritualización del individuo.

La Gimnasia Psicofísica se compone de tres series de ejercicios, 44 en total. Dos series se realizan de pie y una en posición acostada, Debe ser practicada diariamente, de preferencia en la mañana, al salir el sol.

Su práctica produce un bienestar que se extiende durante todo el día, porque genera efectos a nivel físico y psíquico.

A nivel físico:

– Mejora la condición de los músculos, aumenta su elasticidad, resistencia y tonicidad.
– Aumenta la capacidad pulmonar.
– Beneficia las funciones digestivas y de asimilación.
– Intensifica la circulación sanguínea.
– Propicia un equilibrio glandular.
– Da flexibilidad a la columna vertebral.

A nivel psíquico:

– Permite el desarrollo de las facultades mentales, como la atención, la concentración y el equilibrio emocional.

La Gimnasia Psicofísica puede ser practicada por toda persona, sea o no deportista, desde el niño hasta el anciano, por la mujer de toda edad, por el intelectual, el empleado, el obrero de recios oficios, y el hombre de aspiraciones espirituales. Viene a ser así uno de los métodos básicos para la salud y el mejoramiento permanente emocional y mental. Su práctica durante veinte o treinta minutos, al aire libre, sobre todo después de una ducha fría, constituye una inmejorable disciplina, pues su efecto endocrino y respiratorio se extiende también sin peligro a todo el organismo y a la mente, así como a los resortes de la conducta. Sin embargo, en ningún momento se prohibe hacerla por un mayor tiempo, aun cuando al comienzo de las prácticas debe repetirse siempre en menor cantidad cada movimiento, sin forzar músculos ni tendones, actuando siempre prudentemente.

Su práctica debe hacerse con actitud feliz, como lo ejemplifica el Sublime Maestre, para impregnarse de paz y serenidad combinada con la armonía física y espiritual. En los Ashrams (colonias de perfeccionamiento) y en los Centros de Estudio de la Gran Fraternidad Universal, constituye dicha gimnasia una disciplina básica, practicada indistintamente por los yoghis más avanzados o por personas que no habían practicado nunca en su vida la menor cultura física. También los alumnos universitarios la practican para mejorar su coeficiente mental, y numerosas dueñas de casa asisten a los Institutos de Yoga y Cultura Psicofísica de la G. F. U. con el principal propósito de mejorar su salud y su aspecto estético.

Los beneficios obtenidos, tanto en lo físico, emocional y mental, como en lo espiritual, se hacen sentir en muy poco tiempo. Como dice el Sublime Maestre en sus obras Los Grandes mensajes, y Yug, Yoga, Yoghismo: … No se trata solamente de un entrenamiento con miras a suavizar los músculos, aunque este objetivo es muy loable y muy bueno en sí, ya que nuestro cuerpo es el vehículo de nuestro espíritu, nuestro instrumento de trabajo, y la primera condición de una salud interior es mantenerlo sano y vigoroso. Durante los treinta minutos que dura esta cultura física, el espíritu no queda en el letargo y es el momento para cada cual de impregnarse de paz y serenidad para el día que se inicia, al contacto de estas fuerzas cósmicas representadas por el primer rayo del sol naciente. Se da uno cuenta fácilmente del papel cósmico del hombre, de la necesidad que tiene para su propio bien de identificarse, lo más posible, con la Creación, muy personalmente, desde lo más profundo de sí. He aquí el equilibrio de cada cual, encontrada su “densidad” necesaria para el cumplimiento de la tarea diaria.

Después de un mes con esta disciplina, el aprendiz de yoghi puede pasar a la práctica de otros ejercicios que llevan a la perfección. Continuando esta cultura física, el estudiante se sentirá un poco desilusionado de la vida materialista y será capaz de formarse una idea de la práctica Yoga.

La Gimnasia Psicofisica expuesta por el Dr. Serge Raynaud de la Ferrière es un legado de la Gran Fraternidad Universal a toda la humanidad. Llegará el día en que todos tendrán más salud, fuerza y belleza gracias a la disciplina Psicofísica como práctica cotidiana. Será una bendición matutina de energía y vida, pues en un cuerpo purificado deberá florecer una mayor conciencia espiritual.

NOTA

* El Sublime Maestre Dr. Serge Raynaud de la Ferrière, fundador de la Gran Fratemidad Universal, graduado en varias disciplinas científicas, ha sintetizado en sus obras la sabiduría oriental y occidental. En uno de sus tantos libros, Yug, Yoga, Yoghismo, adapta al occidente la sabiduría milenaria del Yoghismo, con plena autoridad de Sat-Gurú.

 

Carmen Pizarro S. y Federico Kutz S.