La Cábala suele estar unida a la tradición metafísica occidental, teniendo su máximo desarrollo a través de la cultura hebrea, aunque sus orígenes se remontan muchos miles de años atrás de la formación política de este pueblo. Sin embargo, comprender lo que ella significa, necesariamente nos lleva a adentrarnos en la historia hebrea, ya que principalmente el desarrollo filosófico está dado por sus textos religiosos, su jurisprudencia, la doctrina y la tradición.
Es esta última palabra la que nos revela uno de sus significados, debido a que la palabra conlleva una concatenación en la entrega del conocimiento sagrado desde sus orígenes hasta nuestro tiempo. Incluso más, el proceso histórico de la Cábala se describe del siguiente modo: “Moisés recibió la Tora (la enseñanza, la Ley) en el Monte Sinaí; Moisés la transmitió a Josué, éste a los Ancianos, éstos lo comunicaron a los profetas, y éstos finalmente lo han transmitido a los miembros de la Gran Sinagoga”.
Sin embargo, la tradición esotérica occidental, incluídos algunos rabinos judíos, está de acuerdo en que el conocimiento cabalístico fue tomado por las diversas tribus hebreas de diversas culturas, dentro de las cuales encontramos a los caldeos, fenicios, egipcios y babilonios, entre otros. Esta adquisición del conocimiento cabalístico, dado inicialmente por las Leyes de Moisés (La Tora), no es más que una recopilación sintética de principios morales trascendentes que llevarían al pueblo hacia estadios superiores de conciencia. Por ello es que otros de los nombres que recibe la Cábala, es el de “aceptación”, ya que esta cadena es una serie vertical de eslabones cuya parte superior es sostenida por Dios, en tanto que la parte inferior la tiene el hombre, quien es el invitado a recogerla.
El primer diagrama o símbolo cabalístico manifiesto de enseñanza de la tradición esotérica judaica es la Menorah, el candelabro que le especificó Dios a Moisés, en el Monte Sinaí (Exodo, 25:31-40). Hecho de una sola pieza de oro puro, para simbolizar el permanente y unificado Mundo Divino de la Emanación, se compone del eje central de la Gracia, de los brazos derecho e izquierdo, de la Misericordia y de la Severidad, de diez más una posiciones sefiróticas y veintidós decoraciones. Este objeto ritual es la forma exotérica de un esquema esotérico de la existencia, y es tanto un objeto de contemplación como de culto.