KenWilberAcaba de salir el décimo número de la Noetic Sciencies Review. Hace un tiempo me pidieron una visión resumida y global de la última década de estudios sobre la consciencia, un artículo que ha salido en este número acompañado de las respuestas de varios autores. Las respuestas son muy interesantes y concienzudas y creo que este número está muy bien, gracias a los esfuerzos realizados por su directora ejecutiva, sus editores y directores asociados.

La introducción de los editores empieza así: En un artículo especialmente escrito para el número conmemorativo de nuestra revista, Wilber subraya los doce elementos más importantes que debería incluir cualquier enfoque auténticamente integral de la consciencia, el tema más importante de nuestro tiempo.

Y eso es, más o menos, lo que he tratado de hacer, subrayar una docena de campos diferentes de estudios sobre la consciencia la ciencia cognitiva, el introspeccionismo, la neuropsicología, la psicoterapia individual, la psicología social, la psiquiatría clínica, la psicología evolutiva, la medicina psicosomática, los estados no ordinarios de consciencia, las tradiciones orientales y contemplativas, los enfoques cuánticos a la consciencia y la investigación sobre las energías sutiles, las que, a mi juicio, debería incluir cualquier visión integral. Pero el asunto es el siguiente:

He observado que, como ocurre en tantos otros campos, los investigadores de la consciencia tienden a decantarse, en los comienzos de su carrera por uno o dos de estos abordajes y a quedar entonces atrapados bajo la autoridad de un mentor, organización o departamento académico concreto. A la naturaleza humana le resulta muy difícil abrazar y en ocasiones, hasta reconocer la existencia de los demás enfoques. A partir de ese momento, sólo se acumula aquella evidencia que apoye la propia visión de las cosas, ignorando, menospreciando y justificando, simultáneamente, el resto.

Tal vez convenga recordar que la mente humana es incapaz de producir un ciento por ciento de errores, es decir, que nadie es tan inteligente como para equivocarse en todas las ocasiones.