Equilibrio

Equilibrio

 

Con una consciencia meditativa sabemos cómo abordar cada experiencia y, por consiguiente, no caemos atrapados por expectativas, frustraciones ni decepciones.

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Desde una perspectiva concluyente, sólo existe la consciencia o atención pura. La consciencia admite todas las pautas, toda la experiencia. En cuanto las “experiencias” se filtran por los sentidos y empiezan a acumularse pautas de percepción,  todas las imágenes, recuerdos y representaciones forman lo que llamamos “consciencia”. Esto no significa que aparece una consciencia substancial, original o específica. Creemos que hay una consciencia, pero ésta es tan sólo una colección de pautas que se han acumulado como el polvo: esta acumulación es lo que llamamos “yo”. Si pudiéramos barrer todas estas pautas como si de vaciar la mente se tratara, no encontraríamos absolutamente consciencia alguna. Sólo queda la consciencia, la consciencia presente, que siempre se halla disponible en el interior de nuestro cuerpo, el interior de nuestra energía.

Alumno: ¿Cómo sé que me encuentro en un estado de atención consciente? ¿Me lo dirán mis sensaciones?

Rimpoche: No. Las sensaciones están en la consciencia. Cuando somos conscientes de algo, esto tiene lugar dentro de la consciencia –percibimos conscientemente la existencia de árboles y montañas, y así sucesivamente-. Organizamos en abstracto nuestra experiencia según determinadas pautas por medio de palabras y conceptos, imágenes e ideas, pero el elevado estado meditativo de consciencia no existe dentro de la consciencia misma. Va más allá del conocimiento sensorial, más allá de los símbolos, conceptos, ideas. Sin esta más profunda consciencia, y aunque puede que en la meditación experimentemos sensaciones positivas, de mucho júbilo, seguimos estando bajo el dominio de nuestras acciones habituales.

Alumno: Estoy algo desconcertado, entonces, con respecto a la meditación que se concentra en algo en particular, como en el caso de la visualización o las instrucciones de un maestro de meditar de cierta manera.

El Silencio

El Silencio

El silencio es un objetivo, un método, un estado de consciencia, una metáfora y un camino. Mientras el silencio es muchas cosas en muchos tiempos, es por lo menos una metáfora y como todas las metáforas puede eventualmente ser subestimada. El término silencio, como muchas otras palabras o conceptos, permite conocer la geografía de la atención siendo un indicador para este tema en particular. Pero como la balsa de la que Buda habla, que es útil para atravesar el río, pero la que debe más tarde ser abandonada al llegar a la otra orilla; es así como el silencio puede ser utilizado mientras sea necesario, pero inevitablemente debe ser abandonado.

Al alcanzar niveles superiores de consciencia, uno va encontrando distintos tipos de silencio. Hay un silencio interior y uno exterior, y uno que trasciende el interior y el exterior, un silencio de la respiración, un silencio del cuerpo, un silencio sin palabras y un silencio cuando el mundo está quieto, un silencio donde no hay sonido y un silencio que puede ser escuchado, un silencio que es un pasaje al vacío y un silencio de la mente en que no hay pensamiento. Hay un silencio que es una respuesta, un silencio que es más verdadero que las palabras. Esto hace recordar el pasaje de Lao Tsé: El que sabe no habla: el que habla no sabe. Hay que tener precaución de no darle a las palabras un significado que no tienen. Es difícil no ver la doble ironía al hablar del silencio. Parte de la enseñanza del Vajrayana Tibetano es que la verdad es lo que se experimenta y se adquiere por el que ha logrado el estado de iluminación. El resto de nosotros sólo puede destacar, hacer algunos gestos y tratar de compartir algunas reflexiones acerca del silencio.

Qué es lo que hacemos cuando buscamos el silencio durante la meditación? Desde un punto de vista práctico, la primera impresión es que se requiere de la calma para lograr el silencio. Suponemos que el silencio no se encuentra en medio de los sonidos distractores. Es al mismo tiempo muy claro de que el silencio no se encuentra sólo por la virtud de encontrarse en un lugar calmo.

Búsqueda de la Visión Interior

Búsqueda de la Visión Interior

La persona estudia la naturaleza de la materia y descubre que es una manifestación de la Mente. No tiene dicotomías. A través de la reflexión sobre la mente sabe que las explicaciones de la evolución universal son ciertas sólo desde el punto de vista relativo. Que todo son manifestaciones mentales, procesos, energías, principios, substancias. Así alcanza la comprensión de la unidad suprema de todas las cosas, impidiendo que cualquiera apariencia contraria lo aparte de esa concepción. Está convencido del hecho de que en cada aliento y cada pensamiento él está participando en la construcción de este universo en una tarea común con la Mente Universal.

Después que el vacío se llena con la presencia del Puro Pensamiento, el hombre vuelve a los contenidos de la consciencia normal sin sentir que cruza un abismo de diferencias, con el resultado de que tiene menos dificultades para establecer un vínculo de continuidad y armonía con relación a sus experiencias previas. Su atención reflexiva se dirige a su vida activa cotidiana, tanto en relación con su pensamiento cuanto a cualquier acto que realice su cuerpo. Disciplina su consciencia, para mantener la idea corporal sin identificarse con ella, para funcionar por medio de los cinco sentidos sin dejar de funcionar en la Mente Infinita.

A medida que continúa uniendo la reflexión metafísica con la contemplación mística, surge dentro de él una nueva facultad que no tiene las limitaciones del intelecto razonador ni la parcialidad emotiva del rapto místico. Es superior a ambos. En sánscrito se llama a este estado de consciencia “aquello que está lleno de todo”.

Esto provoca una iluminación que va más allá del yoga común. Se produce una elevación de toda la naturaleza del aspirante. Pero a pesar de la repentina aparición de esta visión interior hace falta tiempo para que alcance su madurez. Hasta no llegar a una etapa continua, natural, alcanzada sin esfuerzo, no ha llegado al grado final.

Este estado carente de esfuerzo sólo se produce después de un largo noviciado. La consciencia Trascendental sólo se manifiesta manteniendo constantemente enfocada la Realidad a lo largo de todo el día. Se debe mantener el estado de alerta como proceso ininterrumpido de armonización de la Mente no manifestada, con sus ideas siempre presentes.

Importancia de la Meditación frente a la Ciencia Moderna

Importancia de la Meditación frente a la Ciencia Moderna

Condúceme de lo irreal a lo Real,
de la oscuridad a la Luz,
de la muerte a la inmortalidad.

Es frecuente en estos días que los maestros espirituales y los religiosos miren en menos a la ciencia, pero yo no estoy de acuerdo con ellos. Si no tenemos electricidad para iluminar esta sala, no creo que alguien viniera a escucharnos. No podemos viajar de un lugar a otro sin automóvil, tren o avión. La ciencia tiene un lugar en nuestras vidas y, condenándola, no enseñamos religión. Las ciencias físicas son necesarias para
el hombre moderno y este no puede llevar a cabo sus tareas sin la ayuda de ellas. Así como las verdades religiosas, filosóficas y místicas son importantes para el desenvolvimiento de la vida humana, también los logros científicos son medios necesarios para nuestra vida externa.

Existen dos ciencias diversas. Una es llamada ciencia física y la otra es llamada la ciencia de la consciencia. La ciencia física descubre las grandes leyes de los aspectos del universo, mientras que la ciencia de la meditación descubre los estados internos de la vida humana.

El hombre es ciudadano de dos mundos: el mundo interno y el externo. Debe conocer las leyes generales
de la ciencia para manejar sus quehaceres en el mundo externo y al mismo tiempo es importante para él conocer los medios para desarrollar su ser interno. El mundo interno y el externo están mezclados. De hecho son inseparables. Aquel que ha conocido los caminos y métodos para entender sus estados interiores refleja su sabiduría interior a través de su pensamiento, acción y lenguaje, y maneja sus actividades eficientemente en el mundo externo.

Cuando yo vivía en las cuevas de los Himalayas había confusión en mi mente al observar el modo científico moderno de vivir. Acostumbraba a separarlo de la forma religiosa de pensar. Llegó el día en que descubrí que las verdades religiosas necesitaban una sistematización científica, y la ciencia, una filosofía religiosa. Todas las grandes Escrituras hablan acerca de la misma verdad, sin embargo sus seguidores permanecen insatisfechos e ignorantes, Creer en las grandes Escrituras y tener fe en ellas no da experiencia directa ni satisfacción. Sin experiencia directa, el estudio de las Escrituras no es satisfactorio.

Hablemos de meditación

Hablemos de meditación

“El hombre debe ante todo recuperar un estado donde se exprese totalmente esta verdadera transparencia que le ofrece la magnífica función de ser un instrumento lúcido y consciente de la obra universal”

El notable interés que el hemisferio occidental ha mantenido en la meditación, en los últimos cincuenta a sesenta años, hace prever que nuestro nivel de Ser pueda ascender lo indispensable para que nuestro nivel de “tener” deje de ser tan prioritario en nuestra cultura, esto podría coadyuvar, en un no tan lejano plazo, a hacer de la meditación un pilar fundamental de nuestra educación.

Las personas más intuitivas e iluminadas del mundo, saben que el sufrimiento de la humanidad se debe a que nuestra percepción es errónea porque está basada en interpretaciones aparentes y superficiales de los hechos y circunstancias. Sólo el aquí y ahora nos puede dar una percepción total.

La meditación da una limpia transparencia a la percepción que se agudiza diáfanamente al volver hacia el interior. El espíritu despliega sus facultades y se intensifica en el presente acausal e intemporal. Estos requisitos permiten al meditante conocer la realidad y “darse cuenta”. Liberado de los condicionamientos, de las memorias temporales y habiendo desanquilosado al ego, obtiene el estado necesario para recibir la Plenitud que es su condición natural. La compasión lo inunda, porque ha comprendido que su naturaleza es la naturaleza de todas las cosas. Al haber sido cerrada la brecha entre lo humano y lo divino puede dar testimonio del Ser Trascendente: Plenitud – Amor – Consciencia.

Las enseñanzas esotéricas reconocen que el universo es una escala de procesos energéticos, cuya fuente de origen es la Consciencia. Todo estaría subordinado al Absoluto y todo emanaría de Él.

El hombre despierto e iluminado, no identificado con su cuerpo permite que esa energía se manifieste suscitándole la transparencia de la trascendencia, logrando un destello especial y emanando una singular irradiación, porque goza de la comprensión final de toda experiencia y es capaz de integrar los dos mundos: la consciencia del yo ligado al espacio tiempo y su pertenencia a ese SER sobrenatural presente en su Ser esencial.

La Meditación: Teoría y Práctica

La Meditación: Teoría y Práctica

Una expresión del propósito de la práctica espiritual y al mismo tiempo un punto de vista que es producto de ella, es llegar a entender que no existimos. No existimos de la manera que habitualmente creemos existir, como una entidad sólida e inalterable, que de alguna manera es diferente del mundo y del fluir cambiante del universo que nos rodea. Somos presa de una ilusión fundamental, la de que hay un ser o ego aparte, sólido e inalterable, al cual tenemos que proteger y defender y del cual, en cierto modo, pensamos que no morirá jamás. Esta ilusión es la causa principal que está en la base de los problemas de tensión, sufrimiento e infelicidad en la vida. Disolver este punto de vista, llegar a cierta desilusión del ego que no sea solamente intelectual ni una estructura de creencias religiosas (Todo es uno, etc.), sino una experiencia profunda e integrada del hecho de que no somos, puede arrancar de raíz las dificultades que pretende resolver la psicoterapia. Tal es también la esencia de la religión. Decir que no existimos como entidad aparte, también se puede decir de otra manera: que somos todo, que no hay manera de establecer un límite entre lo que somos y lo que los otros no son.

Hay varias categorías principales de meditación. Las dos distinciones más importantes de la meditación son la concentración y la visión interior. La meditación de concentración es toda una gama o clase de meditaciones en que se pone el acento en el adiestramiento de la mente, enfocándola fijamente en un objeto determinado. La concentración puede enfocarse en la respiración, en un mantra, en la llama de una vela o
en otros objetos, de manera que excluya otras distracciones, pensamientos y aportes. La mente, en tanto que energía, puede concentrarse de la misma manera que un láser puede concentrar la energía lumínica. El poder de concentración puede servir para trascender o para alcanzar toda una gama de estados mentales alterados o de percepciones diferentes de las normales. Frecuentemente son vivencias arrobadoras en tanto que no están sujetas a perturbaciones y son pacíficas y tranquilas. Además de ofrecer acceso a muchos estados alterados, el poder de concentración se puede aplicar también al análisis de nosotros mismos, de nuestras experiencias, y a la comprensión de aquello que configura el mundo de nuestra consciencia y nuestra vivencia.